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Hamás acusa al ejercito Israelí de abrir fuego en hospital en funcionamiento
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación por haber perdido el contacto con el hospital.
Hamás acusó el viernes al ejército israelí de haber tomado por asalto el último hospital en funcionamiento en el norte de la Franja de Gaza y de nuevos bombardeos que dejaron al menos 32 muertos.
Según la Defensa Civil del territorio palestino, drones israelíes mataron al menos a 12 personas que esperaban ayuda humanitaria en el oeste Ciudad de Gaza, donde decenas de miles de personas huyeron para escapar de los combates más al norte.
El servicio había informado previamente de que al menos veinte personas murieron en Jan Yunis, en el sur, por ataques israelíes.
No hubo comentarios inmediatos del ejército israelí sobre esos reportes.
Tras más de un año de guerra entre Israel y Hamás, en el poder en Gaza, Israel desencadenó el 6 de octubre una operación en el ya devastado norte del territorio, indicando que había detectado "la presencia de terroristas y sus infraestructuras" en torno a Jabaliya.
"Las fuerzas israelíes tomaron por asalto el hospital Kamal Adwan y están dentro", declaró el ministerio de Salud del del gobierno de Hamás en Gaza. Las fuerzas israelóes están "reteniendo a cientos de pacientes, personal médico y personas desplazadas" refugiadas en el complejo, añadió
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su preocupación por haber perdido el contacto con el hospital.
"Las políticas y prácticas del gobierno israelí en el norte de Gaza corren el riesgo de vaciar la zona de todos los palestinos. Nos enfrentamos a lo que podrían ser crímenes atroces, incluidos posibles crímenes contra la humanidad", advirtió el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
El ejército israelí anunció la muerte de tres soldados en el sector, lo que eleva a 361 sus bajas desde que entró en Gaza a fines de octubre de 2023.
Perspectiva de negociaciones
La guerra en Gaza fue desencadenada el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos islamistas mataron a 1,206 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes, que incluye a los rehenes muertos en cautiverio.
De los 251 secuestrados, 97 siguen cautivos en Gaza, pero 34 de ellas fueron declaradas muertos por el ejército.
En respuesta al ataque, Israel lanzó una ofensiva contra Hamás en Gaza, que ha matado al menos a 42,847 palestinos, mayoritariamente civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio, considerados fiables por la ONU.
Tras la muerte del dirigente de Hamás, Yahya Sinwar, asesinado por soldados israelíes el 16 de octubre en Gaza, surgieron señales de la posibilidad de nuevas negociaciones indirectas para un alto el fuego.
El jefe del Mosad - el servicio de inteligencia exterior israelí-, David Barnea, se reunirá el domingo en Catar con su homólogo de la CIA, Bill Burns, y con el primer ministro catarí.
Hamás se mostró dispuesto "al cese de las hostilidades", aunque supeditado al "compromiso" de Israel con un alto el fuego, su "retirada" de Gaza y un acuerdo de canje de rehenes israelíes por presos palestinos.
Estas condiciones fueron rechazadas por Israel en anteriores negociaciones indirectas, todas infructuosas, bajo la égida de Catar, Estados Unidos y Egipto.
"Carrera contrarreloj"en Líbano
Tras casi un año enfrentamientos transfronterizos entre Israel y el movimiento islamista libanés Hezbolá, aliado de Hamás, el ejército israelí intensificó sus bombardeos en Líbano el 23 de septiembre y una semana después emprendió una ofensiva terrestre.
El objetivo, según las autoridades israelíes, es permitir el regreso al norte del país de unos 60,000 desplazados por el lanzamiento de cohetes de Hezbolá.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, acusó a Israel de "crimen de guerra" por la muerte de tres periodistas en un bombardeo.
El ataque tuvo como objetivo una residencia donde se alojaban varios periodistas en Hasbaya, una ciudad del sur que hasta ahora no había sido alcanzada por la intensificación de los bombardeos israelíes.
Israel no comentó el bombardeo, que mató al camarógrafo Ghassan Najjar y su técnico Mohammad Reda, de la cadena proiraní Al Mayadeen, y al periodista Wissam Qassem, del canal de Hezbolá Al Manar.
En el sur de Líbano, el ejército israelí anunció diez bajas en dos días, lo que eleva a 32 el número de militares israelíes muertos desde que empezó sus operaciones terrestres el 30 de septiembre, según un balance establecido por AFP.
Una andanada de cohetes lanzada por Hezbolá mató el viernes a dos personas en un centro comercial de una ciudad árabe en el norte de Israel, anunciaron el ejército y un hospital israelí.
Hezbolá indicó también que había atacado a soldados israelíes en dos sectores del sur de Líbano.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió el viernes en Londres con Mikati y afirmó que es "realmente urgente" llegar a una "solución diplomática".
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió que la comunidad internacional está en una "carrera contrarreloj" para encontrar una "solución política" al conflicto en Líbano y evitar una "conflagración generalizada".
Al menos 1,580 personas han muerto en Líbano desde el 23 de septiembre, según un balance de AFP basado en datos oficiales.
Las autoridades libanesas indicaron el viernes que registraron el paso de más de 500.000 personas de Líbano a Siria desde entonces.
Según la ONU, el conflicto provocó hasta el momento el desplazamiento de 800.000 personas.