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Geopolítica

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Primer aniversario del atentado más letal en contra de Israel

El 7 de octubre del año pasado los terroristas de Hamás asesinaron a casi 1,200 personas inocentes; la respuesta de Netanyahu, durísima.

FILE PHOTO: SENSITIVE MATERIAL. THIS IMAGE MAY OFFEND OR DISTURB The bodies of people, some of them elderly, lie on a street after they were killed during a mass-infiltration by Hamas gunmen from the Gaza Strip, in Sderot, southern Israel  October 7, 2023. REUTERS/Ammar Awad/File Photo

Cuerpos sin vida en Sderot, al sur de Israel el 7 de octubre de 2023 tras el ataque terrorista de Hamás. foto: reuters Ammar Awad

Jerusalén. Hoy se cumple un año del peor ataque terrorista sufrido en territorio israelí. 

El grupo terrorista Hamás asesinó a casi 1,200 personas inocentes que se encontraban dormidas o bailando en una fiesta y que segundos antes de perder la vida nunca se imaginaron que su final estaba por ocurrir.

Tampoco se imaginaban que Oriente Medio se convertiría en una zona más peligrosa y con un destino difícil de imaginar.

No imaginarían que dos días después del ataque el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu declararía una frase que en su momento pasó casi desapercibida, pero el día de hoy cobra sentido: “Vamos a cambiar Oriente Próximo. Esto es solo el principio”.

Los israelíes que perdieron la vida tampoco se imaginarían que cinco días después su presidente Isaac Herzog, considerado un moderado junto a Netanyahu, señalaba que la “retórica sobre civiles que no están al tanto ni involucrados es falsa” al hablar de Gaza, donde “toda una nación es responsable”.

Netanyahu recibió a través del ataque de Hamás un golpe del que nunca se podrá reponer: una de las fronteras más vigiladas (Israel con la Franja de Gaza) fue vulnerada por cientos de terroristas que la violaron caminando, en motos, en lanchas y en parapentes.

Hamás había seguido una metódica planificación, minuciosa y exhaustiva durante meses de entrenamiento.

La estrategia la detalla Andreas Krieg en El País: “El ataque iba dirigido a cortar la electricidad que alimenta todo el sistema centinela israelí. Y para ello usaron medios que no son precisamente la vanguardia tecnológica, como granadas, lanzacohetes o AK-47” (El País, 6 de octubre).

Ocho puntos militarizados en la frontera fueron asaltados. Muchos de los soldados israelíes se encontraban de vacaciones por la festividad de la Simchat Torah. En el puesto militar de Nahal Oz, pegado a la valla, murieron 66 soldados israelíes, según publica una comisión independiente del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Un rave trágico

Las primeras escenas que le dieron la vuelta al mundo fue el ataque en una área donde se llevaba a cabo un rave juvenil. Cerca de 3,000 asistentes bailaban al alba cuando comenzaron a verse decenas de proyectiles por el cielo. El DJ cortó la música. Comenzó una cacería que se alargó durante horas.

Fueron asesinadas en esa fiesta 364 personas, uno de cada 10 asistentes. Los que salvaron su vida corrieron para alejarse de la frontera. 200 de ellos resultaron heridos y 40 fueron tomados como rehenes.

En total, fueron 251 sacados de Israel para convertirlos en fichas de negociación. De los 100 que permanecen secuestrados, al parecer 30 han fallecido.

Netanyahu ha reaccionado a la ofensiva. Ya son más de 40,000 los muertos en la Franja de Gaza de acuerdo a cifras del propio gobierno gazatí. Una respuesta asimétrica y con posibles deudas ante tribunales de justicia internacionales. Hay posibles crímenes de guerra.

El Gobierno israelí decidió invadir también Líbano para arrinconar a Hezbolá lo que permitiría el regreso de israelíes regresar a sus casas en el sur de su país frontera con Líbano.

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