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Uruguay opta por el desinterés sobre la dictadura venezolana
El nuevo presidente Yamandú Orsi, de izquierda, deja de reconocer a Edmundo González como ganador de las elecciones, pero tampoco reconoce a Nicolás Maduro.

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Montevideo. El nuevo gobierno de Uruguay justificó ayer miércoles su cambio de postura sobre la situación en Venezuela, donde dejó de reconocer al opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo, pero tampoco valida a Nicolás Maduro como mandatario.
La administración del izquierdista Yamandú Orsi, que acaba de iniciar un período de cinco años, difiere así de la anterior, encabezada por el centroderechista Luis Lacalle Pou, quien recibió en Montevideo a González Urrutia días antes de que Maduro asumiera en enero un tercer mandato hasta 2031.
Según el canciller de Orsi, Mario Lubetkin, esto no significa "lavarse las manos" sobre el resultado de los comicios de julio. Entonces, Maduro se proclamó ganador sin divulgar detalles del escrutinio, mientras que la oposición publicó copias de actas electorales con las que reclama la victoria de González Urrutia, exiliado en España desde septiembre.
"Estamos de acuerdo en que (esa elección) no se puede reconocer. Ahora, tampoco nosotros podemos ser la corte electoral de Venezuela", declaró Lubetkin a radio Sarandí.
El canciller dijo que el nuevo gobierno no es "insensible" a lo que ocurre en ese país y a su impacto en la región. Según la ONU, más de 7 millones de venezolanos abandonaron su país en la última década, la mayoría en países latinoamericanos.
"Nosotros tenemos que ayudar a que esos escenarios de inestabilidad de alguna manera se transformen en escenarios de estabilidad", apuntó Lubetkin, y estimó que "un camino" puede ser realizar nuevas elecciones.
No es prioridad
Para el gobierno de Orsi, Venezuela no es una "prioridad", añadió, pero sí le preocupa proteger a los uruguayos que están en Venezuela y a los venezolanos que están en Uruguay, que estimó en unas 50,000 personas.
"Si hay un objetivo 2025 en el tema de Venezuela, es ese", afirmó. "Para eso hay dos aspectos fundamentales: tener diálogo con el gobierno venezolano y tener diálogo con la oposición venezolana. Lo tenemos con ambos".
Desde fines de julio, ni Uruguay ni Venezuela tienen personal diplomático en sus embajadas respectivas, luego de que el gobierno de Maduro expulsara a los representantes uruguayos de Caracas y exigiera el regreso de los delegados venezolanos en Montevideo.
La última funcionaria administrativa uruguaya que estaba en la misión diplomática en Caracas, que oficiaba de enlace con el gobierno de Maduro, debía abandonar Venezuela en noviembre. La embajada uruguaya sigue abierta con personal local, pero con actividad restringida.
Prácticamente los países democráticos no reconocen a Maduro como presidente luego del gigante fraude electoral cometido en contra del opositor Edmundo Gonzáles.
Países como México avalaron de facto el fraude y a Maduro al estar presente su embajador en la supuesta toma de posesión. Avalar a Maduro es avalar la violación de los DDHH.