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Urgencia de actuar en pro de la restauración de los ecosistemas

Alba Aguilar Priego, directora general del Consejo Mexicano de Finanzas Sostenibles (CMFS), opina que al conservar nuestros bosques y océanos protegemos la biodiversidad y una fuente de vida de incalculable valor.

Al conservar nuestros bosques y océanos protegemos la biodiversidad y una fuente de vida de incalculable valor. Ejemplo: las Mariposas Monarca, en el Santuario El Rosario, Michoacán  foto: david muñiz, x-photographer de fujifilm (lente xf 150 - 600 f5.6-8)

Al conservar nuestros bosques y océanos protegemos la biodiversidad y una fuente de vida de incalculable valor. Ejemplo: las Mariposas Monarca, en el Santuario El Rosario, Michoacán  foto: david muñiz, x-photographer de fujifilm (lente xf 150 - 600 f5.6-8)Foto: david muñiz, x-photographer de fujifilm (lente xf 150 - 600 f5.6-8)

Hoy, hablar del medio ambiente es hablar de deudas, responsabilidades y compromisos.

El deterioro de nuestro entorno natural, la pérdida acelerada de biodiversidad, los efectos adversos del cambio climático y las implicaciones financieras asociadas a estos desafíos no pueden ser ignoradas por más tiempo. Sabemos que las grandes extinciones de flora y fauna de los últimos años han sido causadas por la actividad humana, siendo Latinoamérica una de las regiones más afectadas. En este contexto, diversos actores del sistema financiero juegan un rol fundamental para impulsar la transición hacia una economía menos intensiva en el uso de recursos naturales, que privilegie el crecimiento y el desarrollo sostenible.

Como nunca discutir sobre protección al “medio ambiente” nos exige transformar hábitos y costumbres, tomar ciertas posturas, levantar la voz, pero, sobre todo, nos exige realizar acciones urgentes en donde la ventana de oportunidad se reduce año con año.

Integrar las consideraciones relacionadas con la naturaleza en las decisiones financieras es ya una práctica fundamental para preservar la biodiversidad y asegurar un futuro resiliente y sostenible; donde más de la mitad de la producción económica mundial, depende fuertemente de la naturaleza y el sistema alimentario es el responsable de mas del 70% de la deforestación mundial.

Es tiempo entonces de repensar y redefinir nuevas estrategias de inversión y financiamiento; ahora las macrotendencias imponen nuevas prácticas, el uso de información ambiental, social y de gobernanza (ASG), herramientas y metodologías que permiten integrar nuevas variables en el análisis de riesgos, en la toma de decisiones y la asignación de capital. Es así que organizaciones globales como el Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera relacionada con la Naturaleza (Taskforce on Nature-related Financial Disclosures, TNFD), ha establecido un marco de referencia con recomendaciones puntuales para identificar y evaluar dependencias, impactos, riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza.

El TNFD proporciona una guía para que las instituciones financieras puedan evaluar y gestionar los riesgos y oportunidades asociados con la naturaleza, mejorando la toma de decisiones al momento de asignar capital hacia actividades que promuevan la conservación y la restauración de los ecosistemas. En este sentido, cualquier empresa deberá evaluar los servicios ecosistémicos que la organización requiere para operar adecuadamente, donde tendrá que aprender a gestionar las amenazas potenciales vinculadas con sus dependencias e impactos en el capital natural.

Es en este punto donde también se abren oportunidades que debemos tomar en cuenta para transformar modelos de negocio, productos y servicios; incluso para impulsar nuevos mercados que promuevan el desarrollo de proyectos con soluciones basadas en la naturaleza, que sean estructurados como activos o vehículos de inversión innovadores.  Al conservar nuestros bosques y océanos protegemos la biodiversidad y una fuente de vida de incalculable valor; de la misma forma que transitar hacia modelos de producción sostenible no solo genera beneficios ambientales y económicos, sino una serie de impactos sociales positivos en las comunidades y poblaciones nativas.

La naturaleza es negocio de todos, esto significa que tenemos un compromiso con las generaciones futuras, protegiendo el inventario de capital natural que aún tenemos: somos el quinto país con la mayor extensión de manglares, el segundo con la barrera de coral más larga y uno de los países más ricos en mega-biodiversidad. Es fundamental por tanto, promover la educación financiera en temas de sostenibilidad, biodiversidad y cambio climático; sensibilizar a empresas, gobiernos, inversionistas y sociedad civil sobre la urgencia de actuar en beneficio de la conservación, restauración y protección de nuestros ecosistemas que son el hogar de muchas especies, la más importante, la especie humana.

* directora general del Consejo Mexicano de Finanzas Sostenibles (CMFS).

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