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Desigualdad salarial e intermitencia laboral afectan jubilación en las mujeres

Las mujeres en promedio trabajan 2.6 horas más por semana que los hombres, pero en término de horas remuneradas, trabajan 25 horas menos por semana

Foto: Shutterstock

Lograr llegar a una vejez digna y sin preocupaciones económicas no para todos resulta una realidad y más cuando todavía existen factores que lo complican como la brecha de género en las pensiones en América Latina.

En casi todo el mundo, el monto promedio de pensión para una mujer es significativamente inferior al de los hombres, esto principalmente se debe a factores como el salario, tiempo de cotización, edad de jubilación, esperanza de vida.

Una importante causa de que las mujeres ganen menos y tengan una menor densidad de cotización está relacionado con la desigual distribución entre mujeres y hombres de las labores en el hogar, el cuidado de los hijos, de los adultos mayores y de las personas con discapacidad. Todas estas actividades, comúnmente no remuneradas, son mayoritariamente asumidas por las mujeres en Latinoamérica”, señaló la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP).

En México, por ejemplo, de acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) de las 73.1 millones de cuentas de afores registradas, solo 26.7 millones corresponden a mujeres.

Asimismo, los recursos de las trabajadoras representan 1.8 billones de pesos, es decir, 34.8% del total los recursos administrados.

En promedio las mujeres reciben un salario 14% menor al de un hombre y dada su intermitencia laboral (generalmente por cuestiones familiares) que afecta la acumulación de recursos en su cuenta Afore, tienen un saldo promedio de 69,356 pesos mientras que el de los hombres es de 91,523 pesos, lo que refleja la necesidad de seguir impulsando acciones para cerrar la brecha de género.

¿Cómo reducimos la brecha?

De acuerdo con la FIAP  la baja cotización de las mujeres es un problema que enfrentan varios países de América Latina y el Caribe por lo que es importante revisar la legislación laboral, educativa y de seguridad social de cada uno de los países en busca de sesgos de género, para encontrar esos detalles que pueden afectar negativamente la incorporación de la mujer al mercado laboral remunerado.

Para reducir esta brecha de pensiones, la FIAP propone:

1. Igualar la edad de jubilación legal entre hombres y mujeres en los países donde aún existe diferencia. Es importante comunicar adecuadamente que no se está quitando un privilegio, sino que se desea aumentar los montos de las pensiones de las mujeres, porque van a vivir más años y en mejores condiciones de salud.

2. Promover redes de cuidados infantiles: La evidencia en países desarrollados y en vías de desarrollo muestra que los subsidios para el cuidado infantil incrementan la probabilidad de que las madres busquen empleo y sean contratadas.

3. Perfeccionar la legislación laboral. La revisión de la legislación laboral de cada país, en busca de sesgos de género, pueden entregar propuestas como: jornada parcial y teletrabajo; permisos de paternidad igualitarios, flexibilidad en permisos laborales.

4. Incentivar las pensiones no contributivas o solidarias: La implementación de estas pensiones financiadas con impuestos generales del Estado es un excelente mecanismo para reducir la brecha de género en pensiones. En Chile, el sistema de pensiones solidarias beneficia en un 60% a las mujeres y reduce la brecha de género de las pensiones autofinanciadas de 50.2% a 21.1 por ciento.

5. Entregar pensiones para mujeres en caso de separación o divorcio. La realidad actual es que un porcentaje cada vez mayor de las parejas se separa o divorcia. Y en esos casos, particularmente cuando la mujer ha sacrificado su vida laboral por el cuidado de la casa y de los hijos, hay que pensar en su protección y la de los hijos.

6. Crear subsidios para personas que se dedican al cuidado de los adultos mayores y de las personas con discapacidad. Poner candados y otorgar el subsidio únicamente a personas que demuestren que dejaron de laborar en el sector formal para dedicarse al cuidado de adultos mayores y personas con discapacidad.

7. Crear planes de ahorro previsional voluntario con incentivos fiscales para este sector. Una buena medida complementaria para mejorar las pensiones de las mujeres es la creación de planes de ahorro voluntario diseñados en base a la economía del comportamiento, que incorporen incentivos especiales para ellas.

Coeditora de Suplementos Financieros y Especiales. Periodista especializada en temas relacionados con mercados financieros, fondos de inversión, uniones de crédito, seguros, pensiones y finanzas personales. Coeditora de los reportes especiales de El Economista, como Universidades, Salud, Coworking y Turismo.

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