Pymes y la ruta hacia la sostenibilidad

Sin lugar a duda, la evolución humana a lo largo del tiempo ha traído como consecuencia que las formas de producción y consumo de bienes y servicios estén afectando negativamente el medio ambiente de manera muy importante y, en algunos casos, de forma irreversible.

El uso de energía en sus diferentes formas, los desechos, el desperdicio de agua, la dependencia de sustancias químicas, entre otros, provocan cambios en el clima que traen muchas consecuencias negativas: tormentas destructivas que se han vuelto más intensas y más frecuentes en muchas regiones; escasez de agua, incrementando el riesgo de sequías que afectan a la agricultura y la ganadería pudiendo provocar: escasez de alimentos, incremento del riesgo de la supervivencia de las especies terrestres y oceánicas que son indispensables para mantener los ecosistemas y la vida de los seres humanos; entre otros.

Por otra parte, la sociedad actual también enfrenta serios problemas: principalmente la desigualdad, la cual va más allá de lo económico, pues a este problema se le agregan variantes como el género, la raza, la cultura, la religión y las preferencias sexuales.

La pobreza es tal vez la evidencia más clara de la desigualdad social y es una realidad que las consecuencias para las personas que tienen desventajas sociales son muchas y de diversa índole: bajo acceso a educación, mayor exposición a enfermedades, exclusión de la sociedad, etc. Los países con altos niveles de desigualdad social son países subdesarrollados.

La sostenibilidad es la capacidad de las generaciones actuales de satisfacer sus propias necesidades sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias.

Empresas

Desde el punto de vista empresarial, podemos decir que una entidad es sostenible si tiene la capacidad de mantenerse como negocio en marcha en el largo plazo, para lo cual, no solo es importante lograr crecimiento económico, sino también, que la empresa opere con medidas de protección al medio ambiente (A), procurando por la inclusión y desarrollo social (S) y basándose en una gobernanza conducida con responsabilidad, ética y transparencia (G); es decir, las personas y, en consecuencia, las entidades, no podrán mantenerse en el largo plazo, si no tienen un entorno ambiental y social propicio y duradero en el largo plazo.Pero no siempre es fácil encontrar la ruta hacia la sostenibilidad: las entidades se preguntan ¿Cómo empiezo?... ¿Cuál es el punto de partida?... 

Para mejorar el desempeño de una entidad que impulse su desarrollo dentro de un esquema de sostenibilidad, es recomendable seguir los siguientes pasos:

1. Crear conciencia. Entender la importancia de los temas ASG para incorporarlos en la forma de operar de la entidad.

2. Medir estatus de sostenibilidad. Determinar impactos ASG de la entidad; por ejemplo: (A) emisiones de gases efecto invernadero, desperdicios de agua, consumo de energía, otros desperdicios que afectan al medio ambiente, consumos importantes de agua en zonas de estrés hídrico; (S) existencia de brecha salarial entre hombres y mujeres;  falta de una política de inclusión de la diversidad de los trabajadores;  (G) respecto de las prácticas de gobernanza: no tener un consejo de administración inclusivo; la falta de un código de ética e integridad implementado. Al respecto, el CINIF emitirá en mayo 2024 una lista de 30 métricas básicas para medir los principales impactos de una entidad en materia ASG, las cuales se recomienda aplicar.

3. Administrar riesgos ASG. A partir de la aplicación de las métricas, identificar riesgos ASG, medirlos y monitorearlos.

4. Establecer una estrategia ASG. La estrategia debe enfocarse a mitigar los riesgos ASG, encaminando a una entidad a mejorar su desempeño estableciendo metas para transitar hacia un estatus cada vez más sostenible.

5. Permear la estrategia ASG. Es fundamental que sea el más alto órgano de gobierno de la entidad quien establezca la estrategia, supervise su ejecución y la introduzca en todos los niveles de la organización, teniendo como objetivo que la estrategia esté implícita en el modelo de negocio de la entidad.

¿Es costoso para una pyme transitar hacia un mejor estatus de sostenibilidad?

Ser sostenible requiere una transformación de la entidad que podría tener un cierto costo económico, pero sin duda, es una buena inversión, pues las entidades que toman este reto:• Suelen ser más eficientes y, en consecuencia, más rentables y generan más valor a sus inversionistas;

• Pueden mantenerse en las cadenas de valor empresarial de las que forman parte; las entidades del entorno, cada vez más, prefieren llevar a cabo acuerdos comerciales con entidades sostenibles;

• Generan confianza a terceros interesados y las hace sujetas de crédito e inversión; es decir, les permite allegarse de recursos económicos para impulsar su crecimiento;

• Entidades con recursos pueden crecer, provocando desarrollo económico en su entorno y finalmente, desarrollo y bienestar social, así que...

¡Vale la pena tomar la ruta de la sostenibilidad!

* Presidente del Consejo Emisor del Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera y de Sostenibilidad