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Fraude criptoartístico: Cómo los estafadores aprovechan la inocencia creativa
La innovación en el arte digital debe ir de la mano con la seguridad y la educación criptográfica para proteger a los creadores de los depredadores en la sombra.
El entusiasmo que rodea al arte digital y las criptomonedas ha creado un terreno fértil para los estafadores, quienes diseñan esquemas sofisticados para aprovecharse de los artistas menos precavidos. Esta narrativa no solo es real, sino que se está convirtiendo en una preocupación creciente en la comunidad artística digital.
Conversé con uno de los artistas, de nombre J. Romero: “Mi encuentro con uno de estos fraudes comenzó de manera inocente: un correo electrónico en mi bandeja de spam, supuestamente de un admirador de mis obras en ArtStation, que quería adquirir cada una de ellas por 1.5 Ethereum, una suma que rebasa los 100,000 pesos. A pesar de las alarmas iniciales, la curiosidad me llevó a responder, sumergiéndome en una serie de interacciones que, aunque inicialmente prometedoras, pronto revelaron su verdadera naturaleza”.
“El ‘comprador’ me guió hacia una plataforma donde debía registrar mis obras como tokens no fungibles (NFTs), un proceso que implicaba costos iniciales cubiertos por un adelanto en criptomonedas que él proporciona. La plataforma, carente de validaciones o testimonios auténticos, no tardó en mostrarse sospechosa. Aún así, procedí, impulsado por la perspectiva de una venta”.
“Después de crear los NFTs y ajustar los costos, el comprador expresó interés en otra pieza, esta vez más valiosa. Elevamos el precio, y justo cuando parecía que todo estaba listo para retirar mis ganancias, surgió otro obstáculo: una comisión exorbitante que ‘debía’ pagarse antes de liberar los fondos. Solicité otro adelanto para cubrir este gasto, pero el comprador se retractó y desapareció”.
El joven artista utilizó herramientas de seguimiento para verificar las transacciones en la billetera proporcionada por la plataforma y descubrió que, contrariamente a lo prometido, no se había realizado ninguna actividad.
“Este hallazgo confirmó mis peores temores: había sido víctima de un fraude bien orquestado”.
Este incidente es un recordatorio de que, en el intercambio entre tecnología y creatividad, los artistas deben ser extremadamente cautelosos. Las plataformas de arte digital y las transacciones con criptomonedas ofrecen oportunidades sin precedentes para los creadores, pero también abren la puerta a riesgos significativos. Es esencial que los artistas se armen con conocimiento y herramientas para verificar la legitimidad de las ofertas que reciben.
La comunidad artística debe priorizar la educación sobre seguridad digital y criptográfica para protegerse de estos engaños.
Además, es crucial desarrollar una red de apoyo y plataformas confiables donde los artistas puedan vender su trabajo sin temor a ser estafados. Solo a través de la conciencia y la colaboración podremos salvaguardar la integridad del arte en la era digital.