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Ambiciosa meta para el financiamiento verde; 1 billón de dólares en el 2022

The Climate Bond Initiative pronosticó que es posible llegar a los 5 billones de dólares en inversión verde anual para el 2025 a nivel global.

La inversión global en bonos verdes se duplicará para llegar al billón de dólares este año, luego de que en el 2021 se logró una inversión de 517,400 millones de dólares, estimaron inversionistas en una encuesta publicada por Climate Bond Initiative (CBI), organización sin fines de lucro que promueve el financiamiento verde.

"El tan esperado hito del billón de dólares es ahora una realidad del mercado, ya sea a finales de 2022 o en 2023. Pero la crisis climática crece. Es hora de levantar la vista y apuntar más alto”, consideró Sean Kidney, CEO de Climate Bonds Initiative.

El promotor de las finanzas verdes pronosticó que es posible llegar a los 5 billones de dólares en inversión verde anual para 2025, ya que es un nivel real si se quiere lograr el enverdecimiento del sistema financiero global y alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático.

La transición a una economía global neta cero requiere un gran cambio de capital en todos los sectores, destacó en un análisis, por lo que la inversión para proyectos de energía limpia, infraestructura resiliente, transporte verde, edificios y agricultura sostenible, debe acelerarse y multiplicarse hasta llegar al billón de dólares cada año a partir de este 2022.

Lo anterior es posible ya que actualmente este tipo de emisiones temáticas representa una “pequeña parte” del mercado de deuda mundial y porque los bonos verdes están atrayendo cada vez más la atención de inversionistas.

En 2021 se alcanzó la cifra anual más alta registrada desde el inicio del mercado de bonos verdes en el mundo y en la última década mantiene una creciente tendencia. En diciembre de 2020 se superó el hito acumulado de 1 billón de dólares y después de 12 meses, las emisiones verdes rebasan el valor de 1.5 billones de dólares.

La encuesta fue realizada a 353 empresas, propietarios de activos, gestores de activos e inversiones, bancos de desarrollo, reguladores, proveedores de servicios de calificación y verificación.

Bram Bos, gestor principal de cartera de bonos verdes, en NN Investment Partners, coincide e indica que para este 2022 se acelerará la emisión de bonos verdes, impulsado tanto por la demanda de los inversionistas, así como por los formuladores de políticas que buscan alcanzar objetivos para reducir la huella de carbono.

Además, de la participación más países que recurrirán a este mercado. Tales como los miembros de la Unión Europea, mientras Estados Unidos y los mercados emergentes también comenzarán a ganar participación en la emisión de bonos en este año.

Máximo histórico

México alcanzó un máximo histórico en el 2021, con 12 colocaciones de bonos verdes. Desde el 2016, emitieron 86,000 millones de pesos, del cual 30% corresponde a colocaciones de deuda verde, según datos de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

Durante el 2021 uno de los factores que respaldó la emisión mundial fue la "recuperación" de las emisiones que se pospusieron en el 2020 por el Covid-19.

El año pasado, las colocaciones estuvieron respaldadas por la emisión de bonos verdes soberanos por parte de gobiernos, como Italia, España y  Reino Unido. Adicionalmente, la introducción de la Taxonomía de la Unión Europea, que define criterios ecológicos claros para una serie de sectores, fue importante para fomentar la inversión.

La agencia calificadora Moody’s consideró que un mayor enfoque para acelerar la acción climática y lograr los objetivos de desarrollo sostenible es lo que apuntalará el crecimiento sostenido del mercado hacia los próximos años.

Añadió que para abordar el calentamiento en la COP26 impulsarán aún más los mercados globales de deuda sostenible, las emisiones soberanas, el financiamiento a la transición, la actividad de los mercados emergentes y los bonos verdes centrados en la adaptación al clima.

Análisis de UBS y Moody’s

Deben incluirse aspectos tecnológicos en planes ASG

Para el banco de inversión suizo UBS, un tema que las empresas deben añadir a su análisis de proyectos Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo (ASG) es el nexo tecnológico que incluye realidad virtual, Inteligencia Artificial y Big Data.

Lo anterior, explicó, porque ante la aparición del metaverso, UBS ve la separación de la mente y la materia incrustada en la idea de una economía virtual paralela al mundo real como un riesgo significativo para la sostenibilidad. 

“La tecnología ha sido durante mucho tiempo utilizada para separar a los humanos de su entorno natural, a veces haciéndolos más cómodos a un costo ambiental significativo, como en el caso de los combustibles fósiles”, dice UBS en su reporte “Sostenibilidad Global: Perspectiva 2022: No es lo de siempre”.

Para UBS la salud pública y la tecnología relacionada con la salud es un área “madura” para la asociación entre gobierno y sector privado, junto con ideas como la inversión de impacto y la combinación capital.

Sobre la transición energética, la entidad financiera dice que los bancos europeos “tienen “el poder si Europa se toma en serio la inversión para limitar el cambio climático".

Los analistas de UBS explican que si se ven en su conjunto, “pareciera que la cantidad de iniciativas ASG que han surgido en el mundo son muchas, sin embargo, hay una, la del Consejo Internacional de Normas de Sostenibilidad (ISSB por sus siglas en inglés), que es una especie de presagio de lo que vendrá, pues señala el camino a la consolidación, racionalización y sobre todo, conectividad entre los informes contables y ASG. 

Los analistas de UBS esperan que con el tiempo los informes de las compañías incorporen sus planes ASG de manera rutinaria. 

Mayores iniciativas

Las iniciativas para mejorar la divulgación de los planes ASG de las empresas continuarán ganando terreno este año, aseguró Moody’s Investors Service en un análisis. 

La calificadora estadounidense de crédito explicó que el impulso global seguirá destacando el riesgo ambiental, pero también se hará hincapié en  abordar cuestiones sociales, incluidos los derechos humanos, las cuestiones laborales y la diversidad racial y de género. 

Asimismo habrá un mayor enfoque en la gestión de riesgos sociales y ambientales, así como un fuerte impulso en algunas regiones para mejorar la independencia a nivel de directorio. En este sentido, dice, es probable que mejoren la transparencia y la calidad crediticia. 

A decir de Moody’s este año las instituciones financieras seguirán estando bajo una mayor presión por parte de los inversionistas y los reguladores financieros para alinear su inversión y prácticas crediticias con la descarbonización de la economía global. (Con información de Diego Ayala)

judith.santiago@eleconomista.mx

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