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Bonanza de octubre y la postura de la Fed dan espacio para más caídas en Wall Street
Tras su decisión de política monetaria, el banco central estadounidense demolió las esperanzas de una postura menos restrictiva y las acciones lo sufren.
En octubre, antes de conocer la postura que tendría la Reserva Federal (Fed) para los últimos dos movimientos de tasas de interés en el cierre del año, el índice Dow Jones acumuló un sorprendente avance de 13.94 por ciento.
El índice líder de Wall Street se anotó su mejor mes en 46 años y tanto su referencia extendida, el S&P 500, como el Nasdaq de tecnológicas avanzaron tras dos meses de fuertes retrocesos. Pero las sonrisas duraron dos días.
El banco central estadounidense aumentó su tasa de interés en 75 puntos base este miércoles, a un rango de entre 3.75% y 4 por ciento. El movimiento era ampliamente esperado por el mercado, pero sí hubo una sorpresa.
En su conferencia, el presidente de la autoridad monetaria, Jerome Powell, dijo que, aunque los próximos movimientos de tasas podrían ser más moderados (una noticia positiva), no habría que olvidar otras dos cuestiones:
La primera de ellas es que la persistencia de la inflación podría obligar a aumentar las tasas más de lo esperado (un impulso negativo). La segunda, es que las tasas podrían seguir altas por un largo tiempo (algo muy negativo).
“Los inversionistas se han quedado desconcertados, ya que por un lado se piensa que podríamos ver pronto el fin de las alzas de tasas, pero por el otro Powell nos lanzó un mensaje agresivo”, dijo Javier Molina, analista de eToro.
La respuesta del mercado fue inmediata. Los tres índices retrocedieron con fuerza. El Nasdaq fue el más afectado, con 3.36%; seguido por el S&P 500, con 2.50%, y el Dow Jones, con 1.54%, todos en su tercera caída consecutiva.
Entre los principales valores las caídas nos ofrecieron una opinión contundente. Las acciones de Apple perdieron 3.73%, mientras que las de Coca-Cola cedieron 1.65% y mostraron que ningún sector está exento de presión.
¿Cuánto más puede caer el mercado?
Desde el último día de 2021 al último día de septiembre (periodo anterior al octubre alegre), el Dow Jones acumulaba una caída de casi 21%, el Nasdaq caía 32.40% y el S&P 500, 24.70%, todos ellos dentro de mercado bajista.
Ya para octubre los inversionistas gozaban con la idea de un cambio en la realidad. Importantes subidas se produjeron en medio de especulaciones sobre cuál sería el mensaje de Jerome Powell para los estadounidenses.
Ese mismo mes los tres índices habían marcado sus mínimos del año y sus grandes recuperaciones fueron producto de cifras económicas positivas y de las apuestas de mejora en el panorama para la política monetaria.
Otro factor que dio pie al avance fueron los reportes trimestrales: más de 70% de las empresas reportaban beneficios superiores a los esperados y en octubre 50% de las acciones del S&P 500 tuvieron alzas de dos dígitos.
Las apuestas sobre una recesión para calmar la inflación, inducida por una política monetaria restrictiva, se reactivaron. El escenario límite estimado para las tasas es también menos seguro de los que parecía antes.
“Los inversionistas no están ahora en posición de asumir el riesgo de que el interés continúe subiendo. Lo que sabemos por ahora es que la inflación sigue anquilosada, manteniendo el momento restrictivo”, dijo Molina.
“Si tenemos que hacer una valoración, descontando a tipos de interés más altos, el panorama es menos atractivo y probablemente los resultados empresariales puedan volverse menos atractivos también”, añadió.
La posibilidad de que los beneficios puedan caer al mismo tiempo que las tasas se mantienen a alza y la economía se contrae para enfrentar la inflación está ahora a la cabeza entre las apuestas de los inversionistas.
“Regresamos al momento del value, al de revisar compañía por compañía, no será cuestión de sectores y tampoco es momento de pararse sobre los índices. Habrá que decidir de nuevo con cautela”, dijo Molina.
Un día después del anuncio, las acciones estadounidenses profundizan sus pérdidas encabezadas por las tecnológicas, más sensibles a las tasas altas y que en su mayoría decepcionaron con sus números del trimestre.