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Capitalizamos la educación a futuro: Mexicana de Becas
Las condiciones económicas y la situación que impera en el concurso para acceder al nivel superior, posicionan a la inversión en este terreno con alta rentabilidad.
En diciembre del 2013, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 111.51 puntos, de acuerdo con las cifras oficiales. Este nivel evidenció que la inflación se movió 3.57% respecto de los 12 meses previos. En este mismo ciclo, el apartado de colegiaturas lo hizo en 4.13 por ciento.
Este comportamiento manifestó lo que se ha convertido en una constante, pues durante los cuatro años anteriores el pago de colegiaturas también ha tenido un ajuste de precios por arriba de la inflación general.
El panorama parece no tener un viso en donde los niveles se reviertan. Es en este axioma que un instrumento de inversión en educación hace sentido, en el mejor de los casos los ingresos familiares van en función de la inflación , comentó Raúl Martínez Solares, director general de Mexicana de Becas.
Uno de los preceptos que persigue Mexicana de Becas es reducir el gap entre el crecimiento que tienen los ingresos familiares, casi siempre ligados a la inflación, y el movimiento que enfrentan las colegiaturas.
Lo primero que buscamos es ayudar a conceptualizar el objetivo que se pretende alcanzar a través de un plan de aportaciones definidas, un plan de cómo vas a ahorrar. Lo que se ofrece es una tasa de interés que buscará ganarle a la inflación en términos de rendimientos , describió Raúl Martínez Solares.
Pero lo anterior no es el único factor a considerar para invertir en la educación de los hijos. A esto se suma la complejidad que existe en las universidades públicas para abrir espacios a los jóvenes.
Antes la UNAM aceptaba entre 25 y 30% de los postulantes. El último ciclo fue 11% , recordó Martínez Solares al precisar que la matrícula crece lentamente frente a un aumento vertiginoso de la demanda.
Modelo aplicado
Uno de los elementos que tiene que enfrentar Mexicana de Becas es la incertidumbre que genera el participar en un esquema aportando durante cinco años y en el que al final se entregarán los recursos para cubrir la educación superior de los hijos.
En función de esta justa inquietud, el modelo creado por Mexicana de Becas se fundó desde su concepción bajo la estructura de un fideicomiso que garantiza que la empresa no toca los recursos, sino el fideicomitente, que en este caso es Actinver.
Nosotros sólo somos una estructura promocional y ejecutora del fideicomiso , agregó Raúl Martínez.
Una diferencia importante en el mercado es que opera la figura de cuentas individualizadas, como ahora sucede en las sociedades de inversión o las siefores, situación que hace 21 años cuando surgió Mexicana de Becas no era un común de mercado.
Un factor de diferencia que tiene el modelo es que identificamos los costos actuales y futuros de la educación , precisó Martínez Solares.
Para el directivo, ésta es una de las principales diferencias con los seguros educativos, que en primer término no son un vehículo de inversión y cuyos montos no tienen detrás un estudio particularizado de las colegiaturas, como lo hace Mexicana de Becas.
En el objetivo de cumplir con la meta de garantizar la educación de los hijos, Mexicana de Becas cuenta con un programa particular para la entrega de recursos, donde el primer año se desembolsa 20% del total saldo invertido; 25% en el segundo año; en el tercero se aplica 30%; en el cuarto 40% y el resto en el quinto. Se planeó de esta manera para no entregar la totalidad en una exhibición y que se gastara en otros objetivos , enfatizó.
Al estar conceptualizado el modelo a través de un fideicomiso, se determina que el propietario legal de los recursos es el hijo. De ahí que cualquier problema familiar (separación de padres e hijos) evita que los recursos no se destinen a la educación superior.
Se cumple con la meta hasta la muerte. En caso de fallecimiento, aun cuando solo se haya entregado la primera aportación, los recursos se entregan al niño o estudiante suscrito , precisó Martínez Solares.
patricia.ortega@eleconomista.mx