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Comprar barato y vender caro: ¿tan fácil como parece?

Se dice que para ganar en la Bolsa hay que seguir una regla muy sencilla, compra barato y vende caro . Si es tan fácil como parece, ¿por qué no somos todos millonarios?

Se dice que para ganar en la Bolsa hay que seguir una regla muy sencilla, compra barato y vende caro . Si es tan fácil como parece, ¿por qué no somos todos millonarios?

Intentaré alguna explicación a esta aparente contradicción. Iniciaré poniendo sobre el tapete los atributos que pienso debe poseer un inversionista exitoso: debe ser racional, reflexivo y sumamente paciente. Ahora evaluemos nuestras actitudes pasadas, y respóndanse a ustedes mismos si al momento de tomar sus decisiones de inversión, cumplen con las cualidades que acabo de listar. Si somos sinceros con nosotros mismos, concluirán que muchas veces no somos del todo racionales, que lejos de ser reflexivos tendemos a ser impulsivos, y que generalmente somos impacientes y buscamos recompensas inmediatas.

Dada esta realidad, ahora comprar barato y vender caro ya no se ve tan fácil. Como ven, para tener éxito en nuestras inversiones, no basta estar académicamente preparado en el sentido de entender cómo los fundamentos económicos y financieros afectan los activos en los que vamos a invertir. También es importante, y muy importante, lograr la madurez emocional que nos permita controlar nuestros sentimientos.

Ser un inversionista racional significa entender y tener muy claro cuáles son nuestros objetivos, para luego, tras un análisis frío y sereno, hacer la selección de activos en base a criterios de rendimiento y riesgo que estén alineados con dichos objetivos (estrategia). Más aún, debe entender que los objetivos son estables en el tiempo, y no se replantean con cada subida y bajada del mercado. Esto último es muy difícil de realizar cuando los inversionistas no aceptan que sus inversiones deben obedecer a un plan.

Un error frecuente de los inversionistas que no han logrado aislar su lado emocional del proceso de inversiones es que tienden a ser adaptativos. Les explico, cuando se diseña el plan de inversiones y se elabora la estructura del portafolio, el resultado es la asignación estratégica de las inversiones, es decir, el porcentaje en que cada activo debe componer la cartera. Un inversionista adaptativo no realiza sus inversiones de esta forma y tiende a valorar mas el presente que el futuro. Piense y haga memoria, alguna vez usted amigo lector se ha lamentado por no haber comprado más de esa acción que está subiendo. Acto seguido se encuentra marcando a su operador de Bolsa para que le compre esa acción, se olvida del riesgo, hace caso omiso al hecho que a los niveles que ya alcanzó el precio tal vez ya no es una inversión atractiva. Se sobre expone o concentra asumiendo erróneamente que los precios seguirán subiendo y subiendo por los siglos de los siglos.

En ese momento usted actuó de manera impulsiva, y se convirtió en un inversionista pro cíclico. Como consecuencia hará exactamente lo contrario a lo que hemos sugerido es la receta para ganar dinero en Bolsa. Es decir, terminará comprando caro, para luego de un tiempo, presa del desánimo o del pánico, terminar vendiendo barato.

Pero no quiero dejarlos con la idea que el proceso de inversiones es algo rígido y estático porque debemos mantener una estructura fija en el tiempo. La asignación estratégica que hemos realizado en base a nuestro plan de inversiones puede variar temporalmente para aprovechar algún evento coyuntural y de corto plazo. Eventualmente vamos a encontrarnos oportunidades en el mercado cuando alguna acción por factores extraeconómicos no esté bien preciada de acuerdo a los fundamentos que posee. En estos casos podremos variar temporalmente la estructura inicial para aprovechar esta imperfección del mercado, lo que de hecho nos permitirá diferenciarnos del benchmark. Solo tengamos presente que esta será una desviación temporal de la estrategia, es lo que en administración de portafolios se llama la táctica de inversiones , pero en el tiempo deberemos regresar a la estructura base.

Como ven, cuando realizamos la táctica de inversiones podemos temporalmente incrementar la concentración de un activo en particular, o podemos invertir en un activo que inicialmente no estaba contemplado dentro de la estrategia. La diferencia respecto al sesgo adaptativo al que he hecho referencia párrafos arriba, es que en este caso estamos invirtiendo de manera contra cíclica. Un activo (acción, commoditie, ETF o cualquier otro) mal preciado, supone un escenario en el que dicho activo en cuestión está sometido a una presión vendedora muy fuerte, y por lo tanto su precio o cotización esta describiendo un retroceso o un castigo mayor al que los fundamentos justifican. Comprar en estos momentos significa que ustedes estarán comprando un activo que en ese momento en particular, nadie quiere y todos venden.

Lamentablemente el ser humano por lo general se deja influenciar por el entorno y tiende al comportamiento de rebaño. Pero si identifican la oportunidad, es decir, hay fundamento pero el precio no los refleja, y logran superar la trampa psicológica que les impide sacar ventaja de ella, comprando cuando todo el mundo vende, realmente harán lo que estamos planteando en este artículo: COMPRAR BARATO Y VENDER CARO.

Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica

*El autor del artículo es Luis Ramírez, economista de la Universidad de Lima.

fondos@eleconomista.com.mx

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