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La costumbre de ser pobre

Y pasarán los años sin cambio alguno. Iniciaron las fiestas decembrinas, los excesos, el consumismo y la falta de planeación financiera por parte de las familias mexicanas.

Y pasarán los años sin cambio alguno. Iniciaron las fiestas decembrinas, los excesos, el consumismo y la falta de planeación financiera por parte de las familias mexicanas.

De verdad es necesario romper con este esquema inaudito que lo único que provoca es una ilusión de mejora por el tan anhelado aguinaldo.

Aunque en el fondo, esa recompensa por un arduo año trabajado sólo permite a las personas resarcir las carencias por unos cuantos días. Empezando enero, se atiborrarán las entidades de préstamos para así tratar de iniciar el 2011 de manera decorosa.

Las autoridades aprovechan la época de bonanza, y se espera que de manera no alevosa, para anunciar 4.1% de incremento al salario mínimo a costa de una inflación de 4% bastante inverosímil.

Y es precisamente ese aumento el que se puede equiparar con el alza en los precios de productos decembrinos de por lo menos 15%, lo cual garantiza un enero cada vez más tormentoso para la gente de menos ingresos.

Parece que las reformas ya tan trilladas y al mismo tiempo tan necesarias para el país también exigen dos ajustes fundamentales.

El primero es una apuesta por un incremento en términos reales al salario mínimo. Hace años que las entidades laborales se lo deben a la sociedad mexicana.

Ya es hora de pasar del país de la mano de obra barata y poco calificada a una entidad bien remunerada y con una clara tendencia al desarrollo tecnológico, esa es la característica de las economías más fuertes en el mundo.

También se hace necesario que, mientras el problema de los precios parece no tender a controlarse (para muestra una tortilla), la gente debe entender la forma en que su consumo afectará sus finanzas.

Un pequeño empujón, como menciona Richard Thaler, es conveniente y oportuno para evitar la cuesta de enero, misma que se ha tornado cada vez más empinada y con un mayor número de participantes en la subida.

Podemos empezar el 2011 con las pilas bien puestas en el desarrollo económico de las familias; pasar de las empresas manufactureras a las diseñadoras y las proveedoras de servicios implica mano de obra calificada, que exige un sistema educativo muy por encima del reprobatorio mexicano de los últimos años, pero también mejores condiciones de vida para los futuros empleados de dichas compañías.

Después, una auténtica garantía: no más cuesta de enero y no más consumismo innecesario. Es momento de romper con una costumbre navideña que nos hemos encargado de incluir en las fiestas decembrinas: la costumbre de ser pobre.

*El MF Ricardo Gutiérrez es director de la Carrera de Contaduría Pública y Finanzas del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca.

ricardo.gtz@itesm.mx

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