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Manejo de información, clave para inversionistas

Tener acceso a información de toda clase puede ser un arma de doble filo para los inversionistas. La clave está en aprender a diferenciar que tan relevante es, analizarla y saber si es o no conveniente tomar decisiones en base a lo encontrado.

Vivimos en tiempos de acceso inmediato a toda clase de información, y los inversionistas pueden hoy en día armar y desarmar sus posiciones en cuestión de segundos mediante las plataformas online de trading. Pero por otro lado, mantener un foco de largo plazo a la hora de gestionar nuestra cartera es tal vez más importante que nunca.

El hecho de que podamos acceder a todo tipo de información sobre movimientos de precios o noticias referentes a diferentes clases de activos no implica de ninguna manera que el inversionista deba necesariamente reaccionar ante cada nuevo dato que recibe.

Muy por el contrario, en tiempos de información abundante e inmediata, el verdadero desafío es aprender a diferenciar en base a la relevancia de esta información. En el mismo sentido, la calidad del análisis y las fuentes de información a tener en cuenta es un factor absolutamente central.

Incluso cuando estamos seguros sobre la relevancia y calidad de la información que estamos analizando, es importante aprender a diferenciar si es conveniente o no tomar algún tipo de decisión en base a dicha información.

Cuando una empresa reporta resultados por debajo de las expectativas, por ejemplo, no necesariamente esto debe implicar una decisión de venta. La postura indicada ante un evento de este tipo dependerá de la estrategia del inversionista, la cual debe ser claramente definida con anterioridad.

Los inversionistas de momentum son aquellos que se enfocan en estar siempre posicionados del lado correcto de la tendencia, en general se trata de operadores de corto y mediano plazo. En este caso, vender un activo ante un reporte de resultados decepcionantes es consistente con la estrategia del operador.

En cambio, los inversionistas de valor son aquellos que invierten en compañías de alta calidad con una mirada de largo plazo, especialmente cuando los precios son atractivos. En este caso, un reporte de ganancias decepcionante bien podría representar una oportunidad para acumular posiciones a precios más convenientes.

El punto central es que el inversionista debe primero tener una estrategia bien definida, la cual debe establecer, entre otras cosas, un curso de acción en caso de que los precios de las posiciones se muevan en sentido desfavorable por diferentes causas posibles. La información a considerar y la acción a implementar en base a esta información deben ser siempre analizadas en el contexto de la estrategia de largo plazo.

Lamentablemente, muchos inversionistas toman un camino diferente. En función de la información que reciben, van planificando sus posiciones sin una estrategia planificada con antelación. En muchos casos, esto puede llevar a decisiones desacertadas debido a la complejidad de la toma de decisiones en períodos de incertidumbre.

Incluso en el caso de los operadores de corto plazo, mantener una mentalidad de largo plazo a la hora de gestionar las posiciones puede resultar un factor clave de éxito.

Hasta las mejores estrategias de trading suelen atravesar por períodos de retornos desfavorables; cuando se enfrentan estas circunstancias, resulta fundamental mantener la perspectiva y operar en forma inteligente.

Algunas estrategias tienden a generar mejores retornos en contextos de mercados con tendencia bien definida, ya sea alcista o bajista. Otras estrategias, en cambio, funcionan mejor en contextos de movimientos laterales de precios. En el mismo sentido, factores como los niveles de volatilidad de precios pueden tener un impacto muy importante en diferentes estrategias de trading.

Por supuesto, el operador debe ser consciente de estas cuestiones, y en todo caso es conveniente ajustar los parámetros de la estrategia en función del contexto de mercado en el cual nos encontremos.

Por otro lado, es un error muy común, especialmente entre operadores principiantes, abandonar una estrategia en función de una racha de resultados desfavorables. En muchos casos, esto se debe a un contexto puntual de mercado, los cuales son siempre dinámicos y cambiantes.

Si cambiamos de estrategia en función de los resultados a corto plazo, es muy posible que estemos cometiendo un error. No son pocos los casos en los cuales el operador cambia de estrategia cuando el contexto de mercado también cambia, lo cual termina teniendo un efecto pernicioso sobre los resultados a largo plazo.

La información muchas veces funciona como un estímulo para los operadores, y es natural que los inversionistas se sientan incentivados a tomar decisiones en un sentido u otro cuando reciben nuevos datos y opiniones al respecto de un activo.

Sin embargo, la clave es tener una actitud inteligente ante la enorme abundancia de información. A la hora de analizar los nuevos datos, conviene siempre analizar detenidamente cómo se relacionan estos nuevos datos con la estrategia del inversor a largo plazo antes de tomar una decisión.

fondos@eleconomista.com.mx

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