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PRI emite señal esperada por inversionistas

El partido tricolor eliminó el numeral 154 de su Programa de Acción, en donde refiere que no aceptará la aplicación del IVA en medicinas y alimentos.

Al modificar la redacción del Programa de Acción del PRI, que por años marcó la oposición del partido a gravar con IVA los alimentos y medicinas, se ha emitido la señal esperada por analistas de Wall Street sobre la intención del gobierno de incrementar la base gravable y la recaudación del país.

De acuerdo con un análisis del economista en jefe de BofA para México, Carlos Capistrán, tras el acuerdo en el seno del partido en el poder, la propuesta para reformar al IVA buscará una ampliación de la base impositiva y un aumento en la tasa general del gravamen.

El economista estimó que una opción sería eliminar la tasa en la frontera de 11% frente a una tasa general de 16 por ciento.

La medida, que incluiría el cobro del IVA en alimentos y medicinas, podría agregar entre 100 y 200 puntos base a la inflación para el año entrante.

Sin embargo, afirma que el impacto inflacionario sería de una sola vez y el Banco de México (Banxico) estaría en condiciones para compensar de alguna manera cualquier contaminación en las expectativas.

El análisis está contenido en el reporte mensual de BofA para las economías emergentes correspondiente a febrero.

SUBIRÍA RECAUDACIÓN 1%

En tanto, el economista en jefe de Barclays para México, Marco Oviedo, ha explicado que aplicar una tasa gravable de IVA de 16% sobre los alimentos procesados podría dar como resultado un incremento de la recaudación de 0.7% a 1 punto porcentual.

En su opinión, la aplicación del gravamen no se extendería hacia medicinas, pues el gobierno es también un consumidor y distribuidor de las mismas, a través del sistema de salud pública. Y no tendría sentido el cobro del gravamen en este segmento, dice, porque lo que ingresaría por un lado, lo estaría perdiendo por el otro.

FORTALEZA DE ARCAS

De acuerdo con los analistas, el impacto inflacionario de la medida sería de una sola vez pero el efecto se irá desvaneciendo.

En la medida en que estos ajustes fortalezcan a las finanzas públicas, se favorecerá el contexto económico y el Banxico contará con mayor flexibilidad para tomar decisiones, precisaron.

Lo dicho ha sido rubricado por el propio gobernador del Banxico, Agustín Carstens, quien ha detallado que habría un impacto numérico en la inflación, pero, en el largo plazo, las finanzas públicas sanas son un aliado para una inflación baja y estable.

yolanda.morales@eleconomista.mx

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