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Por qué apostar a largo plazo para tener éxito en los mercados

Se debe tener bien presente el horizonte sobre el que se está gestionando un portafolio. Muchos inversionistas lo plantean, por ejemplo, a cinco años o más, pero cometen el error de reaccionar en forma excesiva ante datos y noticias con impacto de corto plazo.

La información fluye permanentemente en todas direcciones a una velocidad inusitada, al punto de que los inversionistas y analistas deben estar alerta para reaccionar ante las noticias que puedan afectar a los mercados o a diferentes activos y, así, evitar perder una oportunidad de negocio.

Si bien es importante sacar provecho de esto, también hay que mantener una mirada estratégica de largo plazo ya que puede ser más importante que nunca a la hora de obtener retornos satisfactorios. Eso puede servir, incluso, como una considerable ventaja y factor diferencial cuando se trata de maximizar las ganancias a lo largo del tiempo.

Por eso, se debe tener bien presente el horizonte sobre el que se está gestionando un portafolio. Muchos inversionistas lo plantean, por ejemplo, a cinco años o más, pero cometen el error de reaccionar en forma excesiva ante datos y noticias con impacto de corto plazo.

Esta diferenciación es fundamental a la hora de interpretar las noticias. Si la economía parece estar pasando por una etapa de débil crecimiento, o una empresa está reportando resultados poco alentadores, puede tomarse como una señal de alerta o una oportunidad de compra según el plazo al que se analicen las decisiones.

En términos de las próximas semanas o meses, una compañía que está atravesando un período negativo probablemente brinde retornos inferiores al promedio debido a la preocupación que les generan a los inversionistas. Pero este tipo de situaciones pueden ser atractivas para los oportunistas que miran a los mercados a largo plazo.

Las Bolsas tienden a sobre-reaccionar en el corto plazo, y los precios de los activos muchas veces caen más de lo que parecería razonable en función de los datos publicados. Cuando el inversionista confía en la calidad de la firma y, además, cuenta con una meta lo suficientemente larga, las caídas exageradas pueden servir para ingresar en una posición.

En situaciones de crisis económica generalizada, las oportunidades pueden ser atractivas para el inversionista de largo plazo. Tomar decisiones de compra en contextos de incertidumbre es complejo, pero puede ser útil para operar en forma inteligente.

Es difícil saber qué puede suceder con un país o región en algunos meses, en especial en escenarios poco auspiciosos. Sin embargo, a futuro, si tienen instituciones sólidas y políticas adecuadas intercalan períodos de debilidad con recuperaciones cíclicas de aceleración en el crecimiento.

Las caídas extendidas de precios que se dan ante situaciones adversas, muchas veces llegan a niveles convenientes. Quien puede analizar las perspectivas de su portafolio en términos de varios años, y no de meses, tomará decisiones con mayor claridad y visión estratégica.

Aunque parezca contradictorio, incluso en operaciones de corto plazo, mantener un foco más prolongado de tiempo puede resultar fundamental para invertir en forma consistente y disciplinada.

Diferentes estrategias y sistemas de trading han demostrado su capacidad para generar retornos atractivos a largo plazo, sin embargo, es casi imposible encontrar una estrategia que no muestre períodos de resultados decepcionantes en lapsos menores.

Muchos operadores cometen el error de modificar los parámetros de su estrategia cuando los números no son los esperados o, incluso, cambiar su metodología en esos momentos. Esta falta de consistencia suele impactar en forma negativa en las ganancias a lo largo de los años.

Más allá de si la apuesta es a corto o a largo, medir los resultados y diseñar las transacciones con un foco más prolongado de tiempo es fundamental para atravesar con éxito los momentos poco auspiciosos y, así, maximizar los beneficios.

Incluso, hay que tener en cuenta que poner la atención en los resultados de largo plazo es un factor diferencial que puede representar una fuerte ventaja para el operador individual frente a los administradores de activos.

Los profesionales del mercado deben competir entre ellos para obtener mayores retornos que atraigan a los clientes. Por lo tanto, muchas veces se ven forzados a mantener una atención demasiado cortoplacista a la hora de seleccionar y gestionar sus inversiones.

En cambio, el resto de los individuos puede enfocarse en maximizar sus beneficios a largo plazo al no necesitar rendir cuentas ante nadie. Pensar en términos de años es una de las principales ventajas que los diferencia a unos y a otros.

fondos@eleconomista.com.mx

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