Unasur y la integración suramericana

La Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) se reunió en Lima de manera urgente para abordar el asunto de las elecciones en Venezuela y la toma de protesta como Presidente de ese país del señor Maduro. La intención de la reunión era que se aclarará la situación política del país ante los miembros de Unasur por la sospecha de fraude electoral que argumentaban la oposición y algunos gobiernos del mundo.

El resultado fue, por demás, vergonzoso. No sólo no censuraron el proceso electoral venezolano, sino que avalaron y respaldaron a Maduro como Presidente oficial de Venezuela.

La Unión de Naciones Suramericanas, que surge como la necesidad de identidad e integración de todos los países de América del Sur, no tiene como propósito ni el establecimiento de políticas económicas, ni busca ser un bloque regional comercial.

Tampoco busca tener la misma línea política e ideológica, pues la diversidad de gobiernos lo impide, pero tampoco busca el desarrollo del mercado interno. Su énfasis está en la coordinación de seguridad, proyectos binacionales y trinacionales muy específicos, y en el sueño o ilusión de tener una moneda única sudamericana.

Unasur, por lo tanto, no tiene un objetivo claro ni definido en ningún tema social o económico. Sólo responde ante las situaciones coyunturales de los gobiernos que lo componen, pero hasta en eso, su actuación es inconsistente.

El año pasado Unasur consideró que lo que sucedió en Paraguay fue un golpe de Estado y condenaron la destitución del Presidente y hasta suspendieron los derechos del país en dicha organización, pero la actuación que acaban de tener en Venezuela es totalmente contraria. ¿Tendrá que ver algo como que el petróleo venezolano es más importante que la democracia del país suramericano más pobre?

Unasur viene a demostrar la inexistente unidad suramericana. La exaltación de nacionalismos y regionalismos de los gobiernos que la conforman son demagogia pura. No existen mecanismos de protección colectiva (Chile sigue teniendo diferendos fuertes con Bolivia y Perú y Venezuela con Colombia), de supervisión de la democracia (Bolivia y Venezuela son dictatoriales), de protección al ecosistema (Brasil y Perú siguen deforestando la Amazonia), entre otras muchas carencias.

El problema radica en las diferentes visiones del mundo que tienen los miembros de Unasur. Brasil, Argentina y Chile tienen su mirada en mercados muy lejanos a su región, por lo que difícilmente contribuirán a desarrollar un mercado interno sólido.

Venezuela, Colombia y Perú sí quieren un crecimiento regional, pero sus economías aún están en crecimiento. Los demás países de Unasur tendrán que seguir dependiendo de las economías ricas de la región, bajo la promesa de una integración justa y equitativa entre todos sus miembros. ?

*El Dr. Eduardo Carbajal es el Director de la Sede Perú, del Sistema Tecnológico de Monterrey. ?eduardo.carbajal@itesm.edu.pe