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WeWork reduce su valoración en más de 20,000 millones de dólares para salir a Bolsa
El escepticismo de los inversores y las dudas sobre su modelo de negocio han llevado a la start up a recortar su valoración, que en su última ronda ascendía a 47,000 millones, a menos de la mitad.
El escepticismo de los inversores y las dudas sobre su modelo de negocio han llevado a la start up a recortar su valoración, que en su última ronda ascendía a 47,000 millones, a menos de la mitad.
La burbuja de WeWork se desinfla. La compañía de alquiler de espacios de coworking está planeando una drástica reducción de su valoración de cara a su salida a Bolsa prevista para finales de este año, según informa The Wall Street Journal.
We Company, la empresa matriz de WeWork, considera situar su valoración en el rango de los 20,000 millones de dólares, potencialmente en la franja más baja, según personas cercanas a la empresa. Lo que supone recortar en más de 20,000 millones la valoración de 41,000 millones obtenida por la compañía en su última recaudación de fondos el pasado mes de noviembre. Esto sitúa a WeWork como la segunda no cotizada más valiosa del mundo, sólo por detrás de la china Didi Chuxing.
La compañía todavía debate las condiciones para la venta de sus acciones y el valor puede cambiar según la demanda de los inversores, explican las mismas fuentes. De hecho, Adam Neumann, el cofundador y consejero delegado de WeWork, viajó la semana pasada a Tokio para reunirse con el CEO de SoftBank, Masayoshi Son, uno de los mayores inversores de la firma. Entre los asuntos que trataron, asegura el diario, estaba una nueva ampliación de capital que retrasaría la OPV (Oferta Pública de Venta) de WeWork al menos hasta 2020.
Desde que publicaran a mediados de agosto la documentación para salir a Bolsa, los inversores se han mostrado escépticos sobre las altas valoraciones de la start up y han cuestionado su modelo de negocio y las fuertes pérdidas cosechadas por la empresa. En los primeros seis meses del año, WeWork generó unos ingresos de 1,540 millones de dólares y unas pérdidas netas de 689.7 millones de dólares. Entre 2016 y 2018, esos números rojos ascendieron a más de 1,610 millones de dólares.
Según explicó The Journal, esa dura recepción fue una sorprendente llamada de atención para los ejecutivos de WeWork, motivo por el cual decidieron recaudar dinero a un precio mucho más bajo de lo esperado inicialmente.
Un gigante de alquiler
Fundada por, Adam Neumann y Miguel McKelvey hace nueve años, WeWork ha logrado dar una vuelta de tuerca a un negocio muy tradicional como el arrendamiento de espacios de trabajo. Lo que la start up hace es alquilar edificios, rehabilitarlos y convertirlos en espacios de trabajo y oficinas compartidas, que subarrienda a empresas y emprendedores.
Actualmente, la compañía cuanta con 528 centros (de los que cinco están en Madrid y tres en Barcelona) repartidos en 111 ciudades de todo el mundo. Además, cuenta con 527,000 miembros registrados superando a IWG PLC como la empresa de oficinas flexibles más grande del mundo.
Pero el negocio de WeWork va mucho más allá del alquiler de oficinas. Sus fundadores dibujan un futuro sin propiedades en el que los nómadas digitales, que sólo necesitan un portátil para trabajar, puedan alquilarlo todo: oficinas, apartamentos (WeLive), suscripciones a gimnasios (Rise) y hasta han lanzado un negocio de guarderías, WeGrow.
Como casi todos los nuevos gigantes digitales, la firma cuenta con tantos fieles como enemigos. Más allá de los números, sus críticos a menudo atacan a WeWork asegurando que no se trata de una empresa tecnológica. No han lanzado una potente red social ni cuentan con una rentable plataforma de ventas a través de Internet, su negocio se basa en la intermediación inmobiliaria, arrendando espacios a propietarios aquí y allá y los alquila a inquilinos. Además, su éxito ha atraído a otros rivales a este nuevo negocio lo que podría limitar su crecimiento en el futuro.
erp