100 días con Claudia

Han pasado ya 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum y su popularidad sigue por los cielos, 78% de la gente piensa que está haciendo un buen trabajo como presidenta.  

No hay duda que su triunfo en la elección del 2 de junio del año pasado tuvo mucho que ver con la gran aceptación y apoyo al gobierno de López Obrador, pero ya desde que fue Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, se fue haciendo de una personalidad y un nombre a nivel nacional que le permitió ganar primero la candidatura de Morena y luego la Presidencia de la República.

Se puede decir que en estos 100 días ha cumplido con el maestro y ha logrado bajar en parte, ese clima de confrontación permanente que había. En estos 100 días se ha portado como la mejor alumna de López Obrador; sacó junto con los legisladores de Morena y aliados todas las reformas que dejó pendientes, no se ha alejado del discurso de su maestro y si bien su estilo es diferente, el fondo es el mismo.

Ha seguido al pie de la letra la política social y tanto el aumento al salario mínimo, como sus programas de apoyo a mujeres, becas y educación, son un segundo piso de lo que llaman su Cuarta Transformación.

López Obrador le dejó varias asignaturas pendientes con las que no pudo, seguridad, salud y la economía. Sus resultados en seguridad son buenos y aunque es prematuro echar las campanas a volar, los resultados del mes de diciembre y lo que va de enero muestran una reducción en el número de homicidios dolosos. Si bien su estrategia se sigue apoyando básicamente en la Guardia Nacional y en las Fuerzas Armadas, es clara una estrategia diferente en la coordinación y en la acción para combatir la delincuencia organizada.

En salud y educación ha dado pasos hacia adelante para sacarlas del hoyo en las que las dejó el gobierno anterior. Sin criticar, ha dado preferencia a la compra de medicinas y en educación está ampliando el programa de becas a todos los niveles.

En donde no se ven buenas perspectivas es en la economía. A pesar de que ha tratado de enamorar al sector privado, la desconfianza en su gobierno permanece. No basta un discurso diferente cuando se siguen tomando medidas que crean desconfianza. La reforma judicial, la desaparición de los organismos autónomos, la reforma al Infonavit y la aprobación de 15 reformas constitucionales, sin debate y sin diálogo con el sector privado y con la oposición, muestran a un gobierno y a una presidenta autoritaria que crea desconfianza.

Claudia Sheinbaum ya le cumplió a López Obrador, sería tonto esperar un rompimiento con él, pero hasta ahora no hay nada para poder hacer una calificación positiva o negativa de ella, salvo su estilo más respetuoso y ordenado para gobernar. Su 78% de popularidad es todavía en parte más herencia de López Obrador que producto de su trabajo. Viene la prueba de la elección de ministros, magistrados y jueces, se ha comprometido a dejar libre la elección, a ver si puede controlar a Morena, si meten mano, no habrá un Poder Judicial independiente y como consecuencia miedo del sector privado nacional y extranjero para invertir.

Pienso que el 2025 puede ser un buen año para nuestro país en seguridad y habrá mejorías en salud y educación, pero la economía no da signos de recuperación y si a esto le sumamos las amenazas de Donald Trump, la economía puede ser el gran talón de Aquiles de Claudia Sheinbaum durante todo su gobierno.