Lectura 3:00 min
3 tareas para apoyar a Venezuela: Reconocer a Edmundo, desconocer a Maduro y proteger a María Corina
Lo ocurrido en Venezuela no fue una elección, fue una carrera de obstáculos. Reglas amañadas, inhabilitaciones forzadas y un árbitro prepago. Con todo en contra, la oposición dio un ejemplo extraordinario de unidad, inteligencia y patriotismo.
Maduro fue sepultado por una montaña de votos. Una diferencia mórbida de más de 4 millones de electores. Algo nunca visto en 40 años de historia, ni en tiempos de Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins o el mismo Hugo Chávez. Fue una derrota aplastante.
Nicolás Maduro jamás ha ganado una elección. Ni una sola. Primero heredó el poder de Hugo Chávez, luego hizo fraude, golpe de estado y finalmente desfalcó uno de los comicios más importantes de la historia reciente en América Latina.
Ante esta victoria arrolladora de Edmundo y la negativa del régimen de Maduro a reconocer los resultados, se deben tomar algunas acciones impostergables. En una dictadura no basta con ganar en las urnas.
Edmundo González debe ser reconocido como presidente electo. No es suficiente romper relaciones con Maduro, emitir comunicados o retirar embajadores por unos días. No. Se debe llamar a Edmundo Gonzáles el presidente electo de Venezuela.
Proteger integridad de María Corina Machado y el liderazgo opositor es urgente. La comunidad internacional debe ejercer toda la presión posible para evitar el arresto o desaparición forzada del liderazgo venezolano. Esto es esencial.
Circular a Maduro y al cartel de Los Soles. Interpol y otras agencias contra el crimen deben activar un cerco internacional contra Maduro y su cartel. No puede seguir viajando alegremente por el mundo. Es un traficante y debe ser tratado como tal.
Se debe de reinstaurar y anexar nuevas sanciones contra Maduro y sus compinches. Ser más firme, consistente y coherente. Los tiranos saben cuando la comunidad internacional esta comprometida o simplemente tiene otras prioridades.
Medidas cautelares. Todos los países democráticos deben presionar para que la Corte Penal Internacional refuerce sus acciones contra Maduro por crimines de lesa humanidad, incluso imponer medidas cautelares o considerar órdenes de arresto.
CELAC y OEA deben actuar sobre Maduro. El divorcio ideológico de estas dos organizaciones hemisféricas debe terminar ahora. Maduro debe sentir una presión real y no una doble moral política. Es ilegitimo en la CELAC, la OEA, la ONU y en el mundo entero.
El tiempo es un factor clave. A pesar de la paliza electoral contra Maduro, los dictadores siempre han apostado por el desgaste y el cansancio. Las próximas horas y días son fundamentales para evitar que el mundo se olvide de Venezuela.
Maduro ha perdido la elección de una manera tan brutal que cualquier reconocimiento parcial o temporal resulta ominoso y doloso. El tiempo es clave. Los venezolanos ya hicieron su parte, le toca ahora a la comunidad internacional hacer lo propio. No dejemos sola a Venezuela.
*El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK).