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Opinión

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36.5 millones de pesos por hora

En días pasados fue ampliamente difundido que Petróleos Mexicanos (Pemex) registró una pérdida neta en 2021 de 224.4 miles de millones de pesos (mmp) en tanto la Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció pérdidas operativas por 95.4 mmp, después de una transferencia gubernamental por 70.3 mmp. En ambos casos expresaron que esas cifras eran menores que el año anterior. Pero el valor absoluto es impresionante: la suma de las pérdidas de ambas empresas en 2021 fue de 319.8 mmp.

Es difícil dimensionar el tamaño de estas enormes cifras. Para una mejor idea, los montos equivalen para CFE a pérdidas por día de 261.3 millones de pesos y para Pemex de 614.7 millones. Si lo convertimos a horas, la suma correspondiente de las dos empresas implica pérdidas por hora durante todo el año ¡de 36.5 millones de pesos! Esa cifra ya nos permite entender mejor la dimensión del desperdicio: es como si cada hora, en un enorme horno se van tirando casi 37 millones de pesos, provenientes principalmente de nuestros impuestos.

Imagínese que una empresa privada tuviese esas pérdidas. El consejo de administración ya hubiese cambiado a toda la dirección, ordenado un severo ajuste operativo y financiero, o inclusive hubiese declarado la inviabilidad y bancarrota de la empresa. Pero tratándose de empresas públicas, Petróleos Mexicanos Y la Comisión Federal de Electricidad son barriles sin fondo y el despilfarro queda en la impunidad. No hay rendición de cuentas, en este caso para el agrónomo que dirige una empresa petrolera o el ideólogo fanático que pretende manejar CFE.

El gobierno se empeña en darle oxígeno a un cadáver. En 2021 apoyó a Pemex con recursos por 275.9 mmp (73.3 mmp de estímulos fiscales anuales acreditables al pago del Derecho por Utilidad Compartida y 202.6 mmp en aportaciones patrimoniales para amortizar deuda). La empresa presume así que redujo su deuda, pero nada es gratis. Son recursos con un costo de oportunidad que implica, por ejemplo, menos para salud o educación. Y el barril sin fondo sigue en 2022, pues para evitar un gasolinazo ante las circunstancias internacionales, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) está subsidiando al 100% el IEPS de gasolina regular y diesel. Gabriela Siller de Banco Base calcula que, si ese estímulo se mantiene para el resto del año, el costo para la SHCP sería de casi 330 mmp. Es decir, un 5.4% de los ingresos presupuestarios totales de 2022.

El despilfarro en CFE culminaría con la propuesta de reforma energética. Antes de la reforma de 2013, la CFE era un monopolio vertical con enormes costos de generación, pero la apertura del mercado a participantes privados a través de la competencia, permitió generadoras más eficientes y a menor costo. Pero la iniciativa quiere restablecer el monopolio absoluto, cuando lo que se requiere es abrir más el mercado para mejor energía a menor costo. Además, ¿cómo pretende proporcionar electricidad limpia y eficiente, si favorece producirla a base de combustóleo?

Para reducir las enormes pérdidas y transformarlas en empresas viables, se requiere un cambio estructural que implique manejarlas con criterios técnicos y no ideológicos y políticos. La pretendida iniciativa de reforma eléctrica es un paso en la dirección contraria.

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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