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A tres años de abandono de la Iniciativa Mérida, nuevo nombre
A la Iniciativa Mérida la ha hecho pernoctar el gobierno del presidente López Obrador desde el primer minuto de su gobierno.
No solo eso, existe una campaña dirigida desde el propio gobierno para desprestigiar el mecanismo centrado en reforzar la idea de que la aportación de Estados Unidos solo ha consistido en enviar a México viejos fierros, lo mismo en forma de computadoras que en helicópteros artillados.
Una de las diplomáticas que mejor conoce lo que ha ocurrido con la Iniciativa Mérida en el gobierno del presidente López Obrador es Martha Bárcena. Sus palabras dejan frío a cualquiera porque señalan un claro abandono del mecanismo.
“No hay un mecanismo de evaluación conjunta. ¿Cuáles son los indicadores para medir a la Iniciativa Mérida y concluir si son exitosos o no?”, me comenta durante una entrevista que le hice el pasado sábado, y que gran parte de lo comentado por la diplomática fue publicado en este periódico el día de ayer.
Embajadora en Washington desde el inicio del actual gobierno del presidente López Obrador, Bárcena comenta que “la primera etapa de la Iniciativa Mérida consistió en transferencia de equipo militar, pero esto se transformó, sobre todo, en la época de Obama. La transferencia de equipo militar era mínima, por no decir inexistente.
“Si ya cambió radicalmente la esencia de la Iniciativa Mérida; que era transferencia de armas viejas por uno que dota recursos para fortalecer el sistema penal acusatorio y la búsqueda de desaparecidos”.
Al preguntarle la razón de este fenómeno en donde Estados Unidos continúa financiándola, pero el gobierno mexicano asegura que está muerta, Martha Bárcena comenta:
“No han leído sobre los documentos de la transformación de la Iniciativa Mérida”.
No dejan de sorprender las palabras de la embajadora eminente: “No hay mecanismo de evaluación conjunta, eso quiere decir que no hay mecanismo de diálogo a nivel federal para definir dónde están las prioridades de cada gobierno y cómo coincidimos en esas prioridades. Y sobre todo, que esas prioridades se adapten a las nuevas prioridades del gobierno de México”.
Al haber sido embajadora en Estados Unidos, era necesario una directriz: “Nunca recibimos instrucciones claras, primero nos dijeron que los recursos se dedicaran al fortalecimiento de la Guardia Nacional”.
De parte del senado de Estados Unidos le plantearon a la embajadora interrogantes sobre lo que deseaba el gobierno del presidente López Obrador: ”Dos senadores, (Dianne) Fainstain y (John) Cornyn me decían: “Embajadora, entendemos que no les gusta el título (de la Iniciativa Mérida), entendemos que no quieran transferencia de equipo, pero nada más díganos: ¿qué quieren; ¿Qué no les demos un solo dólar? Ok; ¿Quieren que aumentemos los recursos? Ok, ¿en qué áreas?””.
La embajadora Bárcena me comenta que la mala imagen de la Iniciativa Mérida, quizá, viene del pasado, cuando se acordó el Plan Colombia.
No lo dudo, pero creo que existen varios elementos que no le gustan al presidente López Obrador.
1. El nombre del presidente que acordó la Iniciativa Mérida: Felipe Calderón.
2. La “injerencia” que significa la certificación de cárceles mexicanas para mejorar sus condiciones de seguridad.
3. La molestia del Fiscal General por el brazo judicial de la Iniciativa Mérida representado por cursos y capacitaciones sobre el sistema penal acusatorio.
4. La participación de la USAID en el financiamiento a Organismos No Gubernamentales.
Por eso, y según publica Proceso, se le rebautizará como: Entendimiento Bicentenario. Tres años perdidos.
@faustopretelin