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Opinión

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AMLO cree que México es el mundo

Ni Marcelo Ebrard ni Alicia Bárcena lograron convencer al presidente López Obrador el daño que provoca construir una diplomacia dogmática y no de Estado.

En la falsa creencia de que la mejor política exterior es la doméstica, subyace una visión etnocéntrica sobre la política, es decir, y en términos populares: mirarse no más allá del ombligo.

Al pensar que México es el centro del mundo, el presidente López Obrador sufre una especie de miopía diplomática: confunde al exterior con México porque cree que México es el mundo. Por ejemplo, en una de sus conferencias de prensa lanzó duras críticas a la Constitución de Perú porque permite llevar a juicio a los presidentes.

Otro ejemplo es el concepto que el presidente tiene de soberanía. A lo largo de seis años mencionó que la postura de México en el exterior sería “la no intervención, no injerencia y la libre autodeterminación de los pueblos”. Lo anterior tiene una traducción popular: ustedes, extranjeros, no se metan con la 4T, y yo no me meteré en sus problemas.

Pero 2024 no es 1993.

AMLO conduce al país hacia 1993, año en que el PRD de Cuauhtémoc Cárdenas criticaba el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

“Los gringos nos van a traer hamburguesas y las taquerías comenzarán a cerrar”; “nueva invasión gringa, sufriremos de un Chernobyl cultural”. Eran proclamas que se escuchaban durante manifestaciones.

Para AMLO, ceder soberanía equivale a cometer el delito de traición a la patria. Para los miembros de la Unión Europea, ceder soberanía significa apostar por la paz. La moneda es un tangible de soberanía. Al inicio del siglo, países como Francia, Alemania, Italia y España, entre otros, cedieron soberanía al desaparecer el franco, el marco, la lira y la peseta.

AMLO inventó lo de “pausa diplomática” al inicio de su sexenio, luego de que Felipe VI sorteara la petición que la esposa de AMLO le hiciera a nombre de México: pedir perdón a los pueblos originarios por lo ocurrido 500 años atrás.

Ayer 27 de agosto, AMLO lanzó un matiz cuando decidió “pausar” la relación con la Embajada, no con Estados Unidos. Técnicamente “pausar” la relación con la embajada representa hacerlo con Estados Unidos. Cinco años atrás, AMLO “pausó” la relación con España, no con la embajada, pero se daba por hecho que también lo hacía con la embajada. 

Estados Unidos defiende sus intereses. El país no es un convento de monjas que ayuden al mundo porque le caiga muy bien. México y Canadá también defienden sus intereses, pero los tres van en el mismo barco comercial. Si AMLO no desea la soberanía compartida del T-MEC, su único camino sería bajar a México del barco.

¿Tiene chaleco salvavidas? ¿Le dará uno a Claudia Sheinbaum?

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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