AMLO inventa su ONU y Maduro su democracia

La CELAC no tiene rasgos de ser un mecanismo multilateral serio. Ni siquiera parece un Modelo de Naciones conducido por estudiantes ilustrados y con entusiasmo en la toma de decisiones relevantes.

En la actualidad, la CELAC parecería ser una asamblea de partidos políticos de la vieja izquierda con perfiles de guerra fría y que, sobre diplomacia, sus representantes carecen de conocimientos suficientes para representar dignamente a sus Estados.

La diplomacia, cuando es personal, no es de Estado, es dogmática y por lo tanto divide a la población.

Ayer hubo una reunión extraordinaria de la CELAC para analizar el asalto a la embajada mexicana en Quito.

El presidente mexicano pidió a la presidencia pro tempore que no le permitiera participar a Ecuador. Un hecho insólito que, sin pudor alguno, la presidenta de Honduras mencionó públicamente.

¿Realismo mágico o cínico realismo?

De manera ingenua y con muestras de una sobreactuación, el presidente mexicano expresó su deseo de que la ONU “expulse” a Ecuador y que los miembros del Consejo de Seguridad “no puedan ejercer el derecho de veto” ya que mundo sería de “gorilas”.

Señalado por un grupo autónomo de la ONU (pero organizado por el área de DDHH de dicho organismo que fue dirigido por Michel Bachelet), como responsable de posibles crímenes de lesa humanidad, el dictador Nicolás Maduro se presentó ayer como apóstol de la democracia y criticó a dictaduras asumiéndose como fiel representante del “republicanismo democrático”.

O las condiciones mentales del señor Maduro sufren delirios o el nivel de su audiencia es subnormal. Lo único seguro es su condición de dictador.

Petro sería la última obra de García Márquez; hizo público su deseo de cambiar el formato de toma de decisiones de la CELAC. Pidió que las decisiones no se tomen por unanimidad. Xiomara Castro le aceptó la flor y reconoció que la declaración de la CELAC sobre el tema del asalto a la embajada no fue aprobado, pero lo leyó porque estaba entre cuates revolucionarios.

Del mundo de la fantasía, Petro recordó lo que ocurre en Gaza y quiso vincularlo con la decisión de Daniel Noboa respecto a la embajada mexicana: “no es comparable, pero tiene que ver con lo mismo”, soltó Petro.

Si uno no conociera el nombre del país que representa Díaz-Canel, pensaría que se trata de una democracia.

La única figura con estatura de jefe de Estado que habló ayer en la sesión de la CELAC fue la del presidente de Guatemala Bernardo Arévalo. Condenó los hechos, pero aclaró que “Guatemala desea que se respeten los estándares internacionales que regulan la figura de asilo”.

Arévalo es la agradable sorpresa de la región; un diplomático que conoce a profundidad el Derecho Internacional y se encuentra desarticulando la red de corrupción heredada por Giammattei. Guatemala tiene que ser reconocido por su presidente comprometido con la democracia y por su intento de crear un rasgo internacional a su país.

¿Por qué la sobreactuación de la CELAC? Es simple: por la estrecha relación del presidente de Ecuador con la Casa Blanca.

AMLO representa un vértice de un triángulo en el que se encuentra Estados Unidos y otro país. Por ejemplo: decidió no asistir a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles en defensa de Cuba. Ahora, usa a Ecuador para mandar un mensaje a Estados Unidos.

Es decir, confronta a Biden a través de otros presidentes. AMLO cree que la CELAC es un mecanismo vital de la región. En realidad, para lo único que sirve es para organizar asambleas partidistas. La CELAC carece de rasgos diplomáticos. Un invento fallido para confrontar a Estados Unidos.

AMLO inventa su ONU y Maduro su democracia.

@faustopretelin