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AMLO se enternece con Maduro: ¿un modelo a seguir?
El apoyo del Gobierno del presidente López Obrador a la dictadura de Nicolás Maduro será recordado durante muchas décadas.
Al presidente mexicano se le olvida mencionar la palabra democracia en cada interacción que ha tenido con el dictador Maduro.
Los tanques ideológicos son alimentados con munición de la guerra fría: los enemigos de Estados Unidos son mis amigos a pesar de que sean criminales.
La catarsis de esta retórica ocurrió durante la celebración de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, entre el 6 y 10 de junio de 2022: AMLO no asistió debido a su pasión por el trío criminal (Venezuela, Cuba y Nicaragua).
Lejos se encuentran momentos memorables de la política exterior mexicana: el refugio de españoles y chilenos, la ruptura de relaciones con Franco e, incluso, el envío de armas a los sandinistas para luchar en contra del dictador Somoza.
Han pasado más de 50 años y el paradigma diplomático trata de ser sepultado con las mismas manos que son extendidas hacia la humanidad corrupta y criminal de Nicolás Maduro.
El Grupo de Puebla nació para vacunar al Grupo de Lima: Venezuela contra Estados Unidos; Maduro contra Guaidó; dictadura frente a transición; guerra fría contra el futuro.
Marcelo Ebrard, sí, el que se coloca una credencial de progre en el pecho, permitió que un criminal como Jorge Rodríguez ingresara a las instalaciones de la cancillería para pactar acciones dilatorias de la dictadura venezolana frente a la oposición.
Viajé a Caracas para conocer la geografía criminal del régimen. Represión, control de los medios y estanterías de supermercados vacías.
Jorge y su hermana Delcy intentan “vengar” la muerte de su padre cegados por el resentimiento y la locura. Jorge es psiquiatra. Mueve hilos en los sótanos del régimen.
Maduro compra tiempo, pero AMLO se lo regala. Inventan una mesa de diálogo con opositores zombis en el Museo de Antropología. Lo mismo en Barbados que en Dominicana: lo importante es simular porque el resultado ya lo sabemos. Victoria de Maduro.
Biden también es responsable: liberó al brazo financiero del régimen, Alex Saab, y relajó sanciones el día después de que Rusia invadió a Ucrania.
Biden fue temeroso, pero sobre todo indolente con las víctimas de la dictadura.
La oposición venezolana es de segunda división. Juan Guaidó se convirtió en caricatura el día en que firmó un contrato con una empresa de Miami para matar a Maduro.
Henrique Capriles, Leopoldo López, Carlos Vecchio. Uno a uno se fueron debilitando por las fisuras voluntarias que se provocaban entre ellos.
María Corina Machado, la última carta. Pequeña frente a la dictadura.
México aplaude a Maduro.
@faustopretelin