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Activista económico (XIV y último)
Alo largo de esta serie de artículos he señalado algunos elementos que una economía tiene que tener para lograr un proceso sostenido de desarrollo económico, uno que se traduzca en altas y sostenidas tasas de crecimiento económico que deriven en un nivel de bienestar cada vez mayor para la población.
Alo largo de esta serie de artículos he señalado algunos elementos que una economía tiene que tener para lograr un proceso sostenido de desarrollo económico, uno que se traduzca en altas y sostenidas tasas de crecimiento económico que deriven en un nivel de bienestar cada vez mayor para la población.
Un primer elemento, sin duda el más importante, es una eficiente definición en el marco legal de los derechos privados de propiedad, abarcando sus tres componentes: el derecho a la posesión de recursos, el derecho de uso de éstos (respetando siempre los derechos de terceros) y el derecho de transferencia de los mismos en transacciones enteramente voluntarias. Igualmente importante es la protección y garantía de estos tres derechos, siendo esta la razón primaria de la existencia del Estado. Para ello, el gobierno tiene que tener el monopolio en el uso legítimo de la fuerza y contar con un poder judicial que sea independiente, imparcial, eficiente y expedito que garantice los derechos privados de propiedad y el cumplimiento de contratos entre particulares y entre éstos y el gobierno.
Un segundo elemento es que los mercados de bienes, servicios y factores de la producción operen en condiciones de competencia para que las transacciones sean efectivamente voluntarias (lo que implica libre movilidad internacional de bienes, capitales y mano de obra). Ésta es una condición necesaria para lograr una asignación eficiente de los recursos escasos que poseen los agentes económicos y es, así mismo, condición necesaria, aunque no suficiente, para alcanzar una asignación socialmente eficiente de éstos. Es en este punto en el cual el gobierno tiene otro papel crucial que jugar: dotar a los mercados de un marco legal y regulatorio eficiente que promueva la existencia de mercados competitivos, penalizar las prácticas monopólicas y corregir las fallas de mercado (externalidades, bienes públicos y regular mercados en algunos casos particulares de información asimétrica).
Un tercer elemento es que la actividad económica se desarrolle bajo un entorno de estabilidad de precios como condición necesaria para que los precios relativos reflejen la escasez relativa de los recursos productivos y el costo de oportunidad en su utilización. Para ello se necesita que el Estado cuente con un banco central autónomo e independiente en el manejo de la política monetaria, pero además, que el gobierno tenga estructuralmente sólidas las finanzas públicas.
Cuarto, ligado con esto último, es que el diseño del sistema tributario no sólo provea al gobierno de un flujo estructuralmente sólido de ingresos que permita financiar sus funciones legítimas, sino que además los incentivos que se deriven de este diseño sean compatibles con el objetivo de promover el trabajo, el ahorro y la inversión, compatibles con el objetivo de alto y sostenido crecimiento económico.
Quinto, es crucial que existan bajos niveles de corrupción el cual se deriva de una regulación excesiva e ineficiente de los mercados así como del ejercicio del gasto gubernamental, particularmente en lo que toca a adquisiciones y obras públicas. La corrupción, junto con la inflación, son los dos impuestos más gravosos e inequitativos que existen, generan un alto costo en el bienestar de la población y desincentivan el desarrollo económico.
¿Cómo está México en los diferentes aspectos que desarrollé en esta serie? Obviamente hay cosas positivas como negativas. A pesar del potencial, seguimos siendo una economía con un nivel de desarrollo medio, con una muy alta incidencia de pobreza y una de las distribuciones más inequitativas de la riqueza y del ingreso en el mundo. Un análisis detallado es el material de un libro en elaboración de próxima publicación.