Agricultura del maíz: ¿herramienta contra la inflación?

El Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic) establece la promoción de la producción de maíz, producto esencial en nuestra cultura alimenticia. La meta es incrementar la producción en dos millones de toneladas. De acuerdo con las autoridades, ello permitirá reducir las presiones inflacionarias.

Al respecto, son varias las preguntas que debemos formular: ¿es cierto que la expansión de la producción de maíz ayudará en el combate a la inflación? ¿cómo se logrará la expansión de la producción? ¿en qué regiones? ¿con qué apoyos? ¿en qué plazo?

Hace varios años, tuve la oportunidad de participar con mi colega Jaime Sempere, de El Colegio de México, en la elaboración de un estudio de la cadena maíz-tortilla, para la Secretaría de Economía, mismo que puede ser consultado. Los principales hallazgos fueron:

1. La productividad del campo mexicano es sumamente baja, algo así como 3.8 toneladas por hectárea. Nuestro principal socio comercial, los EUA, tiene una productividad de alrededor de 11 toneladas por hectárea.

2. Existen enormes disparidades, pues hay regiones que alcanzan una productividad similar a la de los EUA, en las que existe infraestructura de riego, producción mecanizada, se utiliza semilla mejorada y se siguen principios de organización empresarial, mientras que en otras regiones se aplica una agricultura de subsistencia, de una productividad extremadamente baja.

3. El gobierno mexicano, junto con organismos internacionales, financió una política de desarrollo de semillas mejoradas, que impulsó la formación de productores nacionales. Asimismo, se apoyó la adopción de prácticas de agricultura sustentable, entre grupos seleccionados de agricultores. No hay indicios de que la actual administración haya continuado con ese esfuerzo.

4. El consumo de maíz ha crecido aceleradamente, por su creciente uso para la industria y como insumo para la producción de cerdos, reses, pollos de engorda y de postura. A medida que México ha sido exitoso en incrementar el consumo per cápita de proteína de origen animal y la industria pecuaria ha logrado mayor presencia en los mercados internacionales, se ha acrecentado la dependencia de importaciones de maíz, que representan más del 30 por ciento del consumo nacional aparente.

El análisis prospectivo indica que México requerirá cantidades crecientes de maíz, para alimentar a su población, así como al hato ganadero. Desafortunadamente, la producción nacional se encuentra estancada en niveles de alrededor de 28 millones de toneladas, en tanto las importaciones mantienen una tendencia creciente. De tal manera, el anuncio de una política de estímulo a la producción nacional es algo que se debería celebrar. Sin embargo, las interrogantes sobre el como son muchas, y no parece que el gobierno pueda transitar de la declaración a los hechos.

En materia de producción de maíz, carecemos de una política de claro apoyo a la mejora de la productividad mediante el uso de la tecnología. En nuestro estudio, encontramos que, para operar bajo un esquema económicamente viable, el productor requiere una productividad mínima de 9 toneladas por hectárea. Para ello se necesita el uso de semilla mejorada, la tecnificación, el uso de fertilizantes y la operación en una escala mayor a la que permite la estructura de la tenencia de la tierra. No se percibe de qué manera los productores tradicionales, fragmentados, dependientes de la lluvia y sin acceso a semilla mejorada, lograrán transitar a un esquema distinto.

Si se lograra la meta de aumentar la producción, algunos productores del campo mejorarían su nivel de vida. Sin embargo, ello no permitiría combatir la inflación. Algo que parece que desconocen los hacedores del pacto, es que el precio del maíz se determina en el mercado de futuros agrícolas de Chicago. Al ser tomadores de precios en el mercado internacional, la mejora en la producción del maíz y en otros productos no reducirá la inflación, aunque si mejorará el ingreso. De cualquier manera, ojalá se logre. *Socio Director de Ockham Economic Consulting, especializado en competencia económica y regulación y profesor universitario.

@javiernunezmel