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Algo no ha dejado claro el Banco de México
Cuando al Presidente le pusieron en su mañanera de ayer la gráfica con el resultado de la inflación de abril pasado y su reducción hasta 6.25% anual del Índice Nacional de Precios al Consumidor, la verdad es que no le entendió muy bien y mejor se refugió en su lugar común de la fortaleza del peso frente al dólar.
Y así, de forma totalmente involuntaria, Andrés Manuel López Obrador avaló la política restrictiva del Banco de México que, con las altas tasas de interés, ayuda a que el peso se mantenga fuerte frente al dólar, más allá de la causa central de esta fortaleza que es la debilidad del dólar frente a muchas divisas.
El punto es que no se puede descartar que alguien le pueda deslizar la idea al Presidente de que con una inflación así, tan cercana a 6%, no habría razones para mantener tasas de interés arriba de 11 por ciento.
Puede ocurrir, López Obrador sostiene planteamientos insólitos, por ejemplo, del sector energético, que claramente son contrarios a los intereses del país o hasta del sentido común, pero las voces que escucha son ignorantes y dogmáticas, y se compra esos argumentos.
La realidad, hablando del tema inflacionario, es que con los datos que publicó el Inegi del mes pasado quedan más dudas sobre si realmente llegó el momento de terminar con los incrementos en la tasa de interés interbancaria o si bien sería necesario un incremento más de otro cuarto de punto. Está fuera de debate, por ahora, una disminución.
La inflación no subyacente es volátil por definición y, además de las bajas en algunos energéticos, las tarifas eléctricas reducidas en algunas ciudades calurosas del país provocaron que ese índice lograra 2.12% de inflación anual.
Pero, al mismo tiempo, en el corazón de la inflación, la inflación subyacente, se elevó durante el mes pasado en 0.39%, para dar un registro anual de 7.67 por ciento.
Esa inflación subyacente es el indicador que más influye en la Junta de Gobierno del Banxico, porque es ahí donde hay que convencer a los agentes económicos que es momento de contener los incrementos en los precios.
Pero parece que el Banco de México no ha podido dejar claro ese mensaje y se mantienen las presiones al alza de muchos precios con todo y que la tasa de interés está en un impresionante 11.25% anual.
No parece pues que sea ya tan clara la siguiente jugada del Banxico con una inflación subyacente que claramente no acelera su curva de bajada hacia el objetivo de propio banco.
No es automática la pausa en los incrementos en el costo del dinero después de que la Reserva Federal decidió dar un ¿último? incremento en su tasa interbancaria.
El Banco de México le ha dejado todo el peso de la “comunicación” de su política monetaria al nivel de la tasa de interés. Vamos, quieren que 11.25% actual hable por sí solo, sin hacer que la voz del banco plantee una ruta que puedan seguir los agentes económicos.
En fin, que algo no ha dejado claro el Banco de México que hoy se abre la puerta a un nuevo incremento en la tasa de interés la próxima semana.
Con los datos que publicó el Inegi del mes pasado quedan más dudas sobre si realmente llegó el momento de terminar con los incrementos en la tasa de interés interbancaria.