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Altán: ¿quiebra o rentabilidad?
Altán Redes fue rescatada de la quiebra por el gobierno mexicano.
Con esa bocanada de oxígeno financiero gubernamental la gran pregunta es: ¿podrá encontrar el camino de la rentabilidad o está condenada a la banca rota?
Hay quienes, desde ahora, anticipan que su destino, inexorablemente es el de la quiebra.
Una vez que la rescató el gobierno mexicano con una aportación de alrededor de 3 mil millones de pesos, toma el control de la empresa, y tiene el reto de hacerla rentable
Además, tiene que cumplir con su objetivo original: alcanzar la cobertura más amplia posible; ofrecer sus servicios a la población económica más débil del país, ubicada en los lugares más remotos del país.
¿Será posible encontrar el difícil equilibrio entre estos dos propósitos?
Se trata de una empresa privada a la que prácticamente se le regaló una costosa red y se le apoyó con una fuerte inversión de la banca de desarrollo.
Tan sólo por el precio de descuento del espectro radioeléctrico, Altán Redes venía recibiendo un subsidio anual por ¡4 mil 377 millones de pesos!.
A pesar de esas ventajas, Altán Redes entró en concurso mercantil. El gobierno se vió obligado a rescatarla para no perder sus inversiones.
Ahora, con una inyección de capital gubernamental adicional, no está claro que Altán Redes pueda encontrar el camino de la viabilidad y rentabilidad económica, precisamente por su claro y específico objetivo social: ofrecer servicios de telecomunicaciones e internet.
Y mucho menos si se busca dar estos servicios de manera gratuita.
Altán Redes es una empresa público-privada que se creó con un enorme subsidio. Sólo paga el 10% de lo que pagan por derechos las operadoras privadas. Desde el inicio contó con el financiamiento mayoritario de la banca de desarrollo.
A pesar de tales ventajas, Altán Redes cayó en concurso mercantil y el gobierno lopezobradorista decidió rescatarla para evitar enormes pérdidas para Bancomext, Nafin y Banobras.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, en contra de su propia decisión de no rescatar empresas privadas con recursos públicos, decidió salvar a la empresa de telecomunicaciones con un noble propósito: hacer realidad el servicio de internet para todos.
Cuando hizo el anuncio del rescate, el Jefe del Ejecutivo dijo que con esa operación se podrá llevar internet a todos los pueblos, plazas públicas, escuelas, hospitales; a todos los sitios de interés colectivo.
Con el respaldo de la banca de desarrollo Altán Redes logró un acuerdo de financiamiento por un monto de 388.1 millones de dólares.
La reestructura financiera incluye a la banca mexicana de desarrollo, que otorga un crédito por 161 millones de dólares, es decir el 41% de los recursos, y el 59% restante mediante la participación de proveedores 166.6 millones de dólares, en tanto que los accionistas inyectarán 50.5 millones de dólares y clientes 10 millones de dólares.
Altán Redes recibió una bocanada de oxígeno financiero y una nueva oportunidad con la que buscará lograr el objetivo de cubrir al 92% de la población.
Bajo la presidencia de Antonhy McCarthy y la dirección de Carlos Lerma Cotera deberá buscar hacer rentable ese negocio, en el que con la inyección adicional de la banca de desarrollo, aumentó la exposición al riesgo financiero de la red de redes.
Hay que recordar que Altán es la operadora de la red compartida mayorista.
Su constitución se dispuso en un artículo transitorio de la Reforma de Telecomunicaciones del 2013.
El reto para el nuevo equipo que comanda Altán Redes es muy grande.
Tiene que buscar el camino de la viabilidad y al mismo tiempo hacer llegar las telecomunicaciones e internet para todos.
Veremos cuál de los escenarios se cumple: el de la rentabilidad o el de la quiebra.
Ojalá que en beneficio de la población que se busca beneficiar y de los recursos gubernamentales comprometidos, encuentren el camino de la viabilidad. Es un reto mayúsculo.