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Opinión

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América Latina, entre Ucrania y Rusia

Los latinoamericanos sufren en distinta medida los males generados por el conflicto entre rusos y ucranianos. La comida escasea para algunos, los alimentos y energía suben de precio para otros, muchos lloran sus derechos humanos y la violencia hace que miles migren y dejen familias y hogares.

África es el continente más afectado por la falta de comida, granos y trigo provenientes de Ucrania y Rusia. Europa es la que más paga el alza de gas y petróleo. Pero América Latina no puede ser ajena a más de 100,000 muertes, incluyendo la de 500 niños. La pena de 6 millones de refugiados ucranianos, es similar a la de 7 millones de venezolanos (ACNUR), arrinconados, al igual que los migrantes mexicanos.         

Los gobiernos y la sociedad de América Latina tienen problemas para definir una postura en esta guerra. En otro tiempo, hubiera bastado la presión de Estados Unidos para inclinar la balanza latinoamericana a favor de los ucranianos. Pero ahora juega China, con una Rusia que goza cierto poder de atracción “soviético”, todavía.

La posición más fácil de aclarar es la de quienes tienen fuertes relaciones de poder e intereses con chinos y rusos. Brasil, aunque se ha ofrecido a ser el principal mediador, le da gran importancia a la voluntad china y a su relación preferente con los rusos, junto al grupo de los BRICS. China fue el primer destino de exportación brasileño en abril de 2024 ($9.77 mmd) y Rusia fue el número 10 ($881 md).  También es el caso de algunos países centroamericanos y andinos.

Lo más difícil de entender para Occidente es la nostalgia latinoamericana por la Unión Soviética y por la Guerra Fría. Para la Unión Europea y EU es incomprensible que Venezuela, Cuba y Nicaragua se presenten en este enfrentamiento como los paladines de los débiles. En esta melancolía latina de los años 1960, EU y España pueden ser los colonialistas, aunque ahora defiendan a las víctimas ucranianas y al derecho internacional.

Para autores de la Universidad de Georgetown como Héctor Shamis, es irracional que estos tres países “se alíneen con Rusia en foros internacionales y extiendan su cooperación militar en inteligencia, tropas y armas con Moscú”. Para él, el anti-imperialismo latinoamericano es selectivo. Ejemplo, aunque el ejército ruso sea el invasor en Ucrania no se le considera imperialista. Es surrealista, que haya un romanticismo latinoamericano por lo soviético, León Trotski y el Che Guevara, cuando en Rusia no lo hay.

México expresa tres tradiciones diplomáticas ante la intervención rusa en Ucrania. Es realista porque escucha la posición de EU, como su primer socio y no se confronta con China, el poder que crece. Es institucional porque critica la crisis humanitaria desde la ONU y el derecho internacional. Pero sus valores se contraponen al final, hay un sector anti-imperialista que ve a EU y la OTAN como los provocadores de la invasión rusa. Mas hay una defensa moral de Ucrania por ser el país invadido, como lo fue México en los siglos XIX y XX.

Argentina condenó desde el principio la invasión en la ONU, pero mantuvo un perfil bajo ante las sanciones a Rusia. Recientemente, ha mostrado un alineamiento total con Occidente y un apoyo incondicional a Ucrania. 

En conclusión, hay experiencas latinomericanas que pueden dar luz a la paz en Ucrania. Una es la solución pacífica de la controversias y crear zonas libres de armamento nuclear, como fue el Tratado de Tlatelolco. Una zona así le urge a Europa del Este y a Europa Central.  

*El autor es especialista en geopolítica y miembro de COMEXI. Doctor en política por la Universidad de Tübingen, Alemania. Ha sido Cónsul General de México en Miami, Florida y Frankfurt, Alemania.

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