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Andrés Alarcón, en el Museo de Arte Contemporáneo Primer Depósito
Tuve el honor de escribir el texto curatorial mostrado en la sala del museo sobre el pintor colombiano Andrés Alarcón. Nacido en Bogotá en 1988, Alarcón es una figura emergente en el arte colombiano contemporáneo. Sus pinturas recuperan el legado de las tradiciones artísticas europeas para representar escenas de la vida cotidiana en América Latina, destacándose por su compromiso estético y su habilidad para capturar detalles y volúmenes con gran maestría.
Su trabajo se define por un claro compromiso estético, una intensa fuerza poética y un destacado dominio, muestra escenas y retratos que evidencian un gran dominio del volumen, un aprecio por el detalle y una notable capacidad para crear síntesis visuales.
La dedicación y pasión de Alarcón lo han llevado a participar continuamente en exposiciones colectivas e individuales desde 2005, acumulando más de 30 presentaciones en Colombia y en países como Estados Unidos, Ecuador, España y varios museos en México. Entre sus participaciones recientes destacan su exhibición en el MEAM (Museo Europeo de Arte Moderno) de Barcelona y en la Bienal de Florencia en Italia.
Las más de 25 pinturas evocan una sensación de serenidad y sutileza, reflejando la dualidad de la vida donde la vulnerabilidad y la fortaleza coexisten en un frágil equilibrio. A través de sus obras, Alarcón presenta su visión del mundo, utilizando símbolos y figuras humanas para explorar temas tanto íntimos como universales.
En sus obras, elementos como espejos, reflejos y cuerpos desnudos son utilizados para capturar la intimidad y la fragilidad. Sus pinturas narran historias de luchas, pérdidas, amores y despedidas, reflejando el transcurrir del tiempo y la resistencia silenciosa ante el envejecimiento. La fragilidad en sus obras también simboliza fortaleza y una vida plena.
Todas las obras de esta exposición están hechas con pastel sobre papel, una técnica que Alarcón perfeccionó durante la pandemia. Este material, conocido por su delicadeza, simboliza la fragilidad de la vida humana y lo efímera que es nuestra existencia. Los bordes difusos y las líneas de sus pinturas expresan la poesía de nuestra vida transitoria y los sentimientos profundos guardados en nuestra memoria, recordándonos la importancia de cuidar con ternura lo que somos.
La exposición invita a los espectadores a reflexionar sobre la fragilidad de la vida humana y a apreciar la belleza de lo personal. Las obras, llenas de maestría, muestran que lo íntimo es a menudo universal y que lo frágil puede ser poderoso. Estas características no son sólo categorías, sino estados del alma que emergen a través de los colores y formas delicadas de sus pinturas, siempre llenas de emociones silenciosas.
La muestra curada por Karenia Hernandez en co-gestión de Pictures del maestro Dario Ortiz se presenta hasta el 17 de septiembre en el Museo de Arte Contemporáneo Primer Depósito, en Pocitos 25, Guanajuato.