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Opinión

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Aumentan las presiones presupuestarias debido a Pemex

Es por todos conocido que Petróleos Mexicanos es una empresa paraestatal que en los últimos 20 años ha registrado un desempeño económico y financiero no mal, malísimo. Como cualquier otra empresa, Pemex está sujeta a las condiciones del mercado sobre todo el internacional, al volumen de producción y a la rentabilidad que genera. Al analizar los indicadores correspondientes para los últimos 20 años, encontramos datos verdaderamente catastróficos. En el 2004, la producción de global de Pemex ascendía a 3.4 millones de barriles diarios, con el paso de los años la producción ha ido cayendo de manera pronunciada de tal suerte que para el 2011 la producción rondaba los 2.57 millones de barriles diarios. En el 2019, la producción fue de 1.68 millones y en el 2023 fue de 1.67 millones, cifras según la propia paraestatal.

Si bien es cierto que el precio del petróleo ha estado volátil durante este siglo, en los últimos 20 años ha estado en promedio alrededor de los 84 dólares por barril y, dado que la producción ha estado disminuyendo de manera consistente, los ingresos generados por ende también. Durante este siglo, sólo en el 2006 la paraestatal registró ganancias; en los demás años ha presentado pérdidas considerables, en especial en el 2015 una pérdida de 712 mil millones de pesos, en el 2020 con 509 mil millones, y en promedio con una pérdida de 280 mil millones de pesos en los demás años, de acuerdo con datos del Imco.

Y las cosas están por empeorar. Dado que el nivel de producción está en mínimos históricos y las pérdidas económicas no paran, los vencimientos en la deuda de Pemex que se aproximan son alarmantes. En el periodo abril-diciembre de este año dicha empresa enfrentará vencimientos de deuda por 21.7 mil millones de dólares. En el 2025 los vencimientos serán de 11.6 mil millones de dólares, en el 2026 de 13.5 mil millones, y del 2027 en adelante del 54.8 mil millones de dólares, de acuerdo con cifras de la SHCP. El vencimiento en la deuda sin duda generará una presión presupuestal muy fuerte para el gobierno. Se seguirán destinando fuertes cantidades de dinero a una entidad económica que no tiene forma de ser corregida.

Si bien la empresa cuenta con alrededor de 127 mil empleados de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, cuya reasignación en el mercado laboral será muy costosa sin duda, la verdad es que económicamente hablando es más viable cerrarla y rematar sus propiedades, que seguir manteniendo el altísimo costo de operación que representa. ¿Hasta cuándo se dejará vivir a esta empresa que tiene años muerta? A pesar de todo lo antes descrito, al parecer es más importante recuperar una pensión mal pagada que asciende a 31 millones de pesos que todo lo se ha estado gastando en Pemex en tan sólo este sexenio.

*El autor es secretario de Investigación en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana.

empresas@eleconomista.mx

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