Lectura 4:00 min
Aviación, el golpe que viene
Contra viento y marea, es decir a pesar de la abierta oposición de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), la reducción de operaciones aéreas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México será una realidad a partir del último día del mes de octubre próximo.
El número de operaciones aéreas que podrán realizar las aerolíneas disminuirá de 52 a 43.
Las empresas tendrán un par de meses para prepararse para cumplir con el ordenamiento de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) que encabeza el general Miguel Enrique Vallín Osuna.
Hoy (31 de agosto) se publicará en el Diario Oficial de la Federación el ordenamiento de la AFAC que tendrán que acatar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que dirige el vicealmirante en retiro Carlos Velázquez Tizcareño y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) que dirige Javier Alonso Vega Dour.
Hoy Velázquez Tizcareño informará a las aerolíneas las disposiciones decretadas por la AFAC.
En ésta ocasión, la circunstancia entre el AICM y las aerolíneas será diferente porque no habrá tanto tiempo para la negociación y para que se preparen.
Las aerolíneas tendrán que cancelar cientos de vuelos. Canaero advierte que se registrará una cancelación masiva de vuelos y el CNET asegura que será caótico en términos de conectividad y disponibilidad de vuelos.
La IATA recordó a la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes que comanda Jorge Nuño que la reducción de operaciones aéreas se deben tomar con base en análisis de expertos y bajo estándares internacionales.
A pesar de las advertencias, la AFAC tomó la decisión que hoy será publicada en el Diario Oficial de la Federación y será comunicada personalmente por el director del AICM a las aerolíneas.
La intención de la AFAC es que la reducción de las operaciones aéreas entre en vigor con la entrada de la temporada de invierno.
Y el objetivo central, desde el punto de vista de las autoridades aeroportuarias, es el de aliviar la riesgosa saturación del AICM.
Se trata de una nueva reducción en el número de operaciones aéreas.
En la primera ocasión se redujeron de 61 a 52. Ahora pasarán de 52 a 43 operaciones.
El AICM idealmente debería tener un flujo de 40 millones de personas.
Además de éste ordenamiento, están en análisis medidas adicionales.
La saturación del AICM es una realidad.
Sin embargo, lo que también es evidente es la intención del gobierno de México de obligar a las aerolíneas a tener más operaciones desde el AIFA que continúa con números de operaciones aéreas y de pasajeros muy bajos.
Está claro que de lo que se trata es de cumplir el deseo presidencial de que la terminal de Santa Lucía tenga una mayor afluencia.
Lo vimos con el traslado de la carga del AICM al AIFA.
Se notó con la remodelación de la T-2 y de la T-1 del AICM.
Y hasta con la petición del presidente Andrés Manuel López Obrador al presidente de EU, Joe Biden, para que en su visita a México, llegara al AIFA.
En lo que está ocurriendo hoy, las aerolíneas aéreas y las organizaciones como Canaero y la Iata tienen cierta responsabilidad porque de la abierta oposición que tuvieron en el pasado respecto de Santa Lucía, con la llegada del gobierno lopezobradorista, callaron y hasta llegaron a afirmar que sí había compatibilidad entre el AICM y el actual AIFA.
Hoy el problema es que obligados por la reducción de operaciones en el AICM muy probablemente tendrán que aumentar sus operaciones desde el AIFA.
Adicionalmente la pérdida de la categoría 1 en seguridad aérea ha afectado a las empresas de aviación y con la reducción de las operaciones aéreas desde el AICM, sus problemas aumentarán.
Sin duda será un golpe para todas, aunque para unas más que otras y al final será un impacto negativo para la economía, el turismo y los pasajeros.
Y si no, al tiempo.