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Balance preocupante
En este espacio, hemos insistido ¡en el inmenso poder inhibitorio para las inversiones del componente tóxico de Pejenomics!
El panorama de incertidumbres en el que se debate el actual proceso de tránsito transexenal es muy preocupante. Sobre todo, en razón de las certezas que sí tenemos. Todo mundo está consciente de las incertidumbres que nos agobian, pero no del delicado balance entre incertidumbres y certezas que tenemos frente a nuestros ojos.
¿Cuáles son las certezas? Sabemos, sin duda alguna, que López Obrador no está siendo un presidente tradicional del sistema político mexicano. En lugar de estar buscando una transición lo más suave posible, amenaza con seguir interviniendo en la conducción del país y cargando los dados del poder en su favor. No hay indicios de que no sea de esa manera. Así, que no se sabe realmente como querrá gobernar la presidenta electa Sheinbaum.
En el delicado balance de incertidumbres y certezas a que he hecho referencia se nos apareció en estos últimos días la noticia, ya prácticamente confirmada, de la desaceleración –muy rápida, por cierto– que está mostrando la economía mexicana. La tendencia se confirmó apenas el día ayer miércoles, merced al recorte que anunció el Fondo Monetario Internacional en su pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para el presente 2024 y que seguramente impactará para el próximo 2025.
Lo que no se ha enfatizado lo suficiente es el impacto de esa desaceleración sobre el panorama general del desempeño económico del país a lo largo del sexenio de la autodenominada 4T. Pasando del campo de las meras certezas al de los hechos duros, tenemos la confirmación de la práctica situación de estancamiento en la que cayó la economía nacional a lo largo del sexenio que termina. Los datos lo confirman, aun sacando de la estimación el año de contracción por causa de la pandemia. Un raquítico 1% anual, incluso por debajo del muy trágico sexenio de Miguel de la Madrid. ¿Por qué?
Las hipótesis pueden ser distintas. Aquí, en este espacio, hemos insistido en el inmenso poder inhibitorio de los elementos extremadamente tóxicos que tuvo en su esencia Pejenomics. Y hemos adelantado la propuesta de que una salida viable y funcional para Claudianomics podría consistir en la continuación de Pejenomics, pero sin su importante componente tóxico. Lo que no hemos dicho aquí –y deberíamos haber insistido–, es en que la única forma efectiva de erradicar ese componente tóxico dependería del retiro definitivo y verdadero de AMLO del panorama político nacional. Y el otro factor al que no habíamos hecho referencia en este espacio es la naturaleza de componente muy tóxico que tiene el llamado Plan C de reformas. ¡A temblar!