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Banxico e Inegi, ¿autónomos o culpables?
Sería más fácil salir de esta situación económica por la que México pierde atractivo para la inversión extranjera y, por ende, para la generación de empleo, si la 4T comenzara por aceptar que las condiciones en que se plantearon sus objetivos ya no son iguales a lo que preveía.
Y entonces, sólo así dar el paso hacia un replanteamiento de parámetros, alcances y, nuevamente, a la apertura del diálogo con la iniciativa privada. Porque se haga lo que se haga, no habrá recursos suficientes por parte del Estado para elevar la economía interna, generar empleo y desarrollo social.
La fuga de capitales es evidente. Según datos del Inegi, que encabeza Julio Santaella, considerando el ahorro bruto de la economía la fuga de capital representa 700,000 millones de pesos en 2019 más la minusvalía, y la reducción de la entrada de capital foráneo.
Pero entonces las reservas internacionales han seguido creciendo y representan 195,000 millones de dólares, alrededor de 15,000 millones de dólares más que en el año 2018. Ello se debió, en su mayoría, a la entrada de remesas y recursos que han llegado a los mercados accionarios, pero no tienen incidencia en la parte productiva.
La segunda mitad de sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador será definitiva. ¿Dará un revés a su estrategia? Sería lo ideal, pero poco probable. Lo más seguro es que busque tener el control de las instituciones autónomas, es decir, de Banxico, hoy al mando de Alejandro Díaz de León, y del Inegi.
Porque tanto Santaella como Díaz de León tienen una capacidad técnica y un prestigio internacional que, sin lugar a duda, ayudan a dar certeza a México. De ahí que no se reconozcan; será una decisión política, no técnica.
¿Qué tan malo será? La realidad depende de quiénes ocuparán sus lugares, dado que será una realidad que a quienes nombre en estas instituciones van a compartir la perspectiva del Presidente. El gran “pero” es si ese alguien cuenta con las calificaciones técnicas, y trabaja dentro del marco legal. De lo contrario y aunado a los focos rojos que son evidentes, como es el caso del factor propio del Covid19, aún sin controlar. Las discrepancias con Estados Unidos (en temas como el energético, laboral, agrícola) se agudizarán y serán para la economía mexicana un mayor problema.
¿Tener instituciones económicas, estadísticas y financieras bajo un mismo control, propuestas de política monetaria para tratar de generar los resultados y objetivos, pese a que ya no existe el México que conocíamos antes de 2018? Sería el peor de los errores.
Sin certeza jurídica es inminente que se llevarían los flujos de capital importantes para ser invertidos en el exterior. Y se requiere generar por lo menos 18 millones de empleos, es decir, la tercera parte de la fuerza laboral del país.
Por el contrario. Si hay un estado de derecho estable respecto a ejecución de contratos, seguramente la IP tendrá mayor seguridad y traerá inversión y empleo.
Así que la pregunta es: ¿Regresaremos a los años setenta, cuando Banxico era la carta del gobierno, generando devaluaciones que vimos desde los setenta hasta antes del presidente Ernesto Zedillo?
Por qué pedirle al gobernador de Banxico que explique por qué en 2017 Banxico "perdió" 2,000 millones de pesos.
Sería muy sencillo. Ello fue gracias a la política monetaria, el peso se devaluó frente al dólar. Como los activos del Banco están en dólares, pero se presentan en pesos, al dar más pesos por cada dólar tienes una diferencia, no es pérdida.
Por cada dólar, Banxico tiene 19-20 pesos circulando, por eso se "guarda" (se reserva). Si les da la tentación de tomarlo, estaría duplicando el circulante sin aumentar la producción, eso hizo Venezuela y se disparó la inflación como 50,000 por ciento.
Equivale a imprimir billetes sin ton ni son. Eso sí se hacía antes de que Banxico fuera autónomo, es decir, sería una regresión aberrante e hiperinflacionaria.