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Banxico, remanente: sueño guajiro
El remanente de operación de Banxico, cuyo monto llegó a ser calculado en ¡500,000 millones de pesos!, por la secretaría de Hacienda, del gobierno lopezobradorista, al final no fue más que un sueño guajiro.
Considerando que el sentido de la frase: sueño guajiro, es el de una fantasía que es poco probable que se cumpla, puede ser utilizada para referir el capítulo.
La realidad hizo trizas las expectativas gubernamentales en torno a un monto considerable de recursos con el que podría contar para aliviar la presión sobre las finanzas públicas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador que suele presumir al peso fortachón, paradójicamente, llegó a apostarle a la depreciación del peso frente al dólar.
Fue pública y notoria la presión presidencial -entre las muchas que ha hecho hacia el banco central- para que el Banco de México le entregara una especie de anticipo, a cuenta del remanente de operación.
El siempre paciente y cortés gobernador del instituto central, Alejandro Díaz de León, le aclaró al Jefe del Ejecutivo que hay un proceso muy específico con el que se determina, si se acumula o no un remanente de operación.
Aunque no es exacta la comparación, el remanente de operación es más o menos lo que equivale a la utilidad, en un banco comercial.
La Ley del Banco de México marca los procedimientos y tiempos para disponer de las ganancias contables o “remanente de operación” que puede tener este instituto autónomo a lo largo de un año fiscal. Así de clarito lo dijo el banquero central.
Siempre pareció increíble que las autoridades financieras gubernamentales no le hubieran explicado al Presidente de México.
Aunque por los antecedentes también pudo haber ocurrido que sí se lo habían anticipado, pero no lo quiso escuchar.
Lo que llamó la atención es que, en Hacienda, también llegaron a hacer “cálculos” de lo que podría llegar a representar el remanente de operación del banco central.
Para el mes de noviembre del año pasado, la subsecretaria de egresos de Hacienda, Victoria Ceja llegó a estimar que tal remanente de operación alcanzaría una cifra de medio billón de pesos, con base en la volatilidad que había registrado el tipo de cambio.
Sin duda, el remanente de operación, reconoció la funcionaria, va a ayudar a las finanzas públicas.
Pero la realidad es terca.
Este viernes 23 de abril, el Banco de México hizo público que las cifras de la institución no arrojaron remanente de operación alguno.
El Banco de México (Banxico) informó que en el ejercicio 2020, en apego a lo establecido en la Ley del Banco de México, no fue posible asignar recursos a la reserva de revaluación de activos, ni resultó un remanente de operación.
La volatilidad cambiaria le hizo una jugarreta al gobierno de la Cuatro T. La falta de los recursos con los que llegó a “contar” el gobierno lopezobradorista, hará más difícil el panorama para las finanzas públicas nacionales.
El titular de Hacienda, Arturo Herrera reconoció desde el año pasado que este año 2021 sería especialmente difícil porque ya se habían agotado los “guardaditos”, como se le denomina popularmente a los recursos por más de 327 mil millones de pesos que acumuló el gobierno previo, en distintos fondos de contingencia.
Tales recursos los agotó éste gobierno.
Los costos de las obras insignia del gobierno, la deuda por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, los programas sociales, los crecientes compromisos pensionarios entre otros, están ejerciendo una presión creciente en las finanzas públicas.
Viene una reforma fiscal, ha anunciado el gobierno. Obviamente la harán pública después de las elecciones intermedias.
Este año, aunque continuará la dinámica fiscalizadora de las grandes empresas y la batalla en contra del contrabando de gasolina y diésel, los recursos que se lograrán recaudar probablemente sean inferiores a los que se requieren.
El propio gobierno lopezobradorista se autoimpuso una camisa de fuerza al prometer no aumentar impuestos ni precios de combustibles.
Veremos cómo remonta la escasez de recursos.