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Banxico, se agradece todo esfuerzo de transparencia
La autonomía de los bancos centrales es un principio neoliberal que no tiene cabida en un gobierno que está al servicio del pueblo. Esta es una expresión del difunto dictador venezolano Hugo Chávez cuando en septiembre del 2007 decretó la extinción de la autonomía del Banco Central de Venezuela.
Agradecía entonces a su amigo Fidel Castro, difunto dictador de Cuba, quien le había “abierto los ojos” de cómo los bancos emisores autónomos propician que se obtenga poco rendimiento por los ahorros y se pague mucho por los préstamos.
Esa acción del dictador venezolano le valió hacerse del control de los 30,000 millones de dólares que tenía el banco central como reservas que usó, entre otras cosas, para comprar acciones de algunos de los medios de comunicación que le criticaban. A otros medios simplemente los ahorcó con el Poder Legislativo y Judicial.
Bien, pues ese país que permitió a su dictador apropiarse de todo, incluido el instituto autónomo encargado de controlar las presiones inflacionarias, enfrenta 14 años después una crisis hiperinflacionaria única en el mundo.
El Fondo Monetario Internacional calcula que ese pobre país sudamericano sumido en el autoritarismo y la pobreza a niveles de crisis humanitaria habrá de registrar una inflación durante este año de 5,500 por ciento.
Incluso ese registro desmedido de inflación podría ser inferior al real, porque la oposición acusa al sometido banco central de tener un índice inflacionario maquillado.
Recién esta semana el régimen del dictador Nicolás Maduro le quitó otros seis ceros a su moneda lo que, por supuesto, no ayuda en nada cuando no se controlan las causas de raíz que generan la hiperinflación.
En México hay que celebrar y defender la autonomía de muchas instituciones, entre ellas la del banco central.
La 4T ha aniquilado la autonomía de no pocas instituciones reguladoras, tiene claramente en la mira hacerse del control de las instituciones encargadas de las elecciones, marcadamente ahí está el intento que harán próximamente para controlar al Instituto Nacional Electoral.
Pero hay que decirlo también con claridad, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha hecho ningún intento formal para hacerse del control del Banco de México.
Ya veremos si a partir de enero, cuando cambia el equilibrio de la Junta de Gobierno hacia una mayoría nombrada por el propio Presidente, se mantiene esa actuación siempre autónoma del Banxico.
Por lo pronto, el propio Banco de México hace más para aumentar su transparencia.
Cuando se decidió publicar las minutas de cada reunión de política monetaria de la Junta de Gobierno se optó por el anonimato en las consideraciones de cada integrante. Una decisión controvertida, pero con cierta lógica para no estigmatizar a nadie.
Claro que ahora que se han polarizado las posiciones ahí adentro, las minutas se vuelven tan transparentes que muchas veces no hacen falta los nombres.
Pero ahora, desde la misma comunicación de decisión de política monetaria se va a identificar con nombre, apellido y argumentos el sentido de cada uno de los votos, para no esperar a las minutas, donde ya se identificaba al menos esta información. También actualizarán sus pronósticos inflacionarios.
Todo pequeño esfuerzo de autonomía y transparencia se agradece en estos tiempos.