Lectura 3:00 min
Biden se equivoca al buscar su reelección
Las elecciones no dejan de ser uno de los componentes de la democracia con mayor grado de emotividad dada la incertidumbre de los resultados.
La probable repetición de la final de 2020, Biden frente a Trump, no es un buen síntoma de la salud democrática de Estados Unidos.
El paso de Trump por la Casa Blanca detonó cientos de escándalos en el interior del entorno de la política ortodoxa. La catarsis, posiblemente, ocurrió el 6 de enero de 2021 con el asalto al Capitolio.
En 2020 Joe Biden construyó una campaña electoral con base a los defectos de Trump, es decir: la democracia o Trump.
El mismo Biden declaró durante su campaña que su intención de llegar a la Casa Blanca sería la de ser un presidente de transición; un acto para salvar la democracia estadounidense. Las palabras de Biden daban a entender que no tendría interés por la reelección.
Uno de los capítulos mal interpretados en el entrono de Joe Biden frente a la opinión pública es el correspondiente a Hunter Biden, su hijo.
En 2020 Twitter eliminó un reportaje del periódico New York Post sobre el contenido de una laptop propiedad de Hunter Biden. La red social justificó la censura señalando que se trataba de un reportaje fake.
No lo era. El contenido de la computadora revelaba relaciones anómalas de negocios del hijo de Bien en países europeos.
Hunter Biden trabajó para la energética ucrania Burisma, y usó el nombre de su padre, en ese entonces vicepresidente de Estados Unidos, para rentabilizar su influencia.
Isaac Chotiner publicó esta semana en The New Yorker un texto sugestivo: ¿Debe Joe Biden perdonar a Donald Trump?
En él, Chotiner cita a Danielle Pletka, analista del American Enterprise Institute. Pletka recuerda que “docenas de miembros de agencias de inteligencia tuvieron que firmar una carta diciendo que la historia de la computadora de Hunter Biden era parte de desinformación rusa”.
Esta semana, Hunter Biden aceptó que entre 2018 y 2019 evadió impuestos y portó un arma de manera ilegal.
La respuesta de la Casa Blanca hizo una lectura equivocada. “El presidente y la primera dama aman a su hijo y lo apoyan mientras sigue reconstruyendo su vida. No tenemos más comentarios”.
Fue equivocada porque las palabras las dirigen hacia la vida privada de su hijo, pero no dicen nada de la obligación fiscal que, como todo ciudadano estadounidense, tiene que cumplir.
Y qué decir de la posesión ilegal de un arma en un país como Estados Unidos.
La investigación sobre Hunter Biden duró más de cuatro años; un exceso de tiempo que responde a la discrecionalidad de las autoridades del Gobierno del presidente Biden.
Lo mejor parala democracia estadounidense sería que no se repitiera la final Biden-Trump.
@faustopretelin