Celebremos la biodiversidad y la riqueza de los hongos mexicanos durante el mes patrio

Iniciamos septiembre, y con ello, celebramos nuestra patria. México tiene mucho que ofrecer: una historia milenaria, una cultura vibrante, una gastronomía deliciosa y una sociedad resiliente, que busca la colaboración y la cordialidad. Hay, sin embargo, una razón adicional por la cual debemos sentirnos orgullosos también de nuestro país.

A nivel mundial, México se encuentra dentro de un selecto grupo de países conocidos como “megadiversos”, ya que, gracias a su compleja orografía, hidrografía y tipos de climas a lo largo del territorio, se genera una abundante diversidad de ecosistemas con casi el 70% de la variedad de plantas y animales del mundo. México es, además, hogar de uno de los grupos de organismos más importantes para la salud y bienestar del planeta: el reino fungi (del latín fungus que significa hongos), al que pertenecen los mohos, levaduras, setas y hongos, entre otros. Se estima que, en el mundo, existen 1.5 millones de variedades de hongos; de acuerdo con estudios de biodiversidad, en nuestro país viven aproximadamente 250 mil especies, de las cuales apenas el 4% han sido estudiadas.  

Diversas organizaciones sociales y de investigación se han dado a la tarea de dar a conocer la importancia que tienen los hongos para la formación de suelos, al reciclaje de nutrimentos, y adicionalmente, a la importancia que tiene esta especie en la medicina y en el desarrollo de compuestos terapéuticos como antibióticos, antimicrobianos, antitumorales, antivirales, antiinflamatorios, entre otros, que han contribuido a incrementar la calidad y esperanza de vida de las personas. En México, recientemente se conformó el Centro de Investigación de Micelio y Hongos de México, con la misión de conectar a las personas con la riqueza micológica de nuestro país bajo un firme compromiso con la sostenibilidad, el comercio justo y la promoción de los beneficios de los hongos en los diferentes aspectos de la vida. 

El uso medicinal y terapéutico de los hongos no es nuevo, se remonta al establecimiento de las culturas originarias de nuestro país, que, como ocurre con otras regiones del mundo, han dejado su testimonio a través de los rituales, usos comestibles y en la medicina tradicional. De acuerdo con la revista Biodiversidad Mexicana, los hongos son empleados en la medicina tradicional mexicana, y hay un registro de aproximadamente 350especies para la atención de 150 padecimientos. Ejemplo de ello es el cuitlacoche, que aún es utilizado en poblaciones originarias y mestizas -en la zona centro y sur del país- para atender alrededor de 60 afecciones diferentes, además de utilizarse en la gastronomía.

Muchas especies fungi han despertado el interés de científicos e investigadores por estudiar y conocer sus propiedades para aplicación en la medicina. Uno de ellos es el hongo psilocybe, también conocido como “hongo mágico” u “hongo de los dioses”, que ha sido usado durante siglos por diversas culturas en rituales y ceremonias sagradas. En las últimas décadas, su consumo ha ganado interés en el campo de la psicoterapia gracias a sus posibles aplicaciones terapéuticas. Sus compuestos psicoactivos, psilocibina y psilocina, son responsables de los llamados efectos psicodélicos. 

Cuando se consume el hongo psilocybe, los compuestos psicoactivos ( Psilocibina y Psilocina) son metabolizados por el cuerpo y actúan principalmente sobre los receptores de serotonina en el cerebro, lo cuál repercute directamente sobre la regulación del estado de ánimo, la percepción sensorial, el sueño, entre otras funciones cognitivas. 

Diversos estudios han demostrado que la psilocibina puede tener efectos positivos en el tratamiento de migrañas de racimo, alteraciones neuropsicológicas, trastornos de ansiedad y depresión graves, así como en el trastorno por estrés postraumático. Además, tiene el potencial de cambiar patrones de pensamiento y comportamiento asociados con adicciones. Algunos de estos estudios han concluido que la psilocibina puede tener efectos positivos en el bienestar psicológico general respecto a sensaciones de creatividad, conexión interpersonal y satisfacción con la vida. 

A este creciente interés por conocer el impacto terapéutico de los hongos psilocybes, se han sumado neurocientíficos y farmacólogos, entre otros especialistas de la salud mental, con la intención de identificar los efectos que este tipo de sustancias tienen en algunos trastornos mentales, que, por su complejidad, no han respondido a las terapias convencionales. A este movimiento se le ha denominado “revolución psicodélica”. 

A pesar de los hallazgos positivos que diferentes investigadores han obtenido a través de estudios clínicos, y el potencial que tiene la psilocibina para la salud mental, la regulación de estos hongos es todavía un tema incipiente en nuestro país, y son muy pocos los lugares del mundo donde la legislación se ha abierto a la investigación científica.

Al celebrar a nuestro país durante septiembre, los invito también a reflexionar sobre la diversidad y riqueza tan grande en la tierra, y en particular en el conocimiento ancestral del uso y consumo de hongos. Tenemos frente a nosotros una gran oportunidad de coincidir entre las organizaciones sociales, organizaciones médicas y científicas para fomentar un diálogo claro y transparente, en donde la ciencia y la tradición puedan tejer un puente de conocimiento y de respeto a la cultura, a la biodiversidad y a la sustentabilidad de este fascinante reino de los hongos. Todo esto bajo una perspectiva de uso terapéutico informado, con profesionales de la salud capacitados.

P.D. Del 10 al 13 de septiembre se llevará a cabo en la Ciudad de México “Synesthesia: Journey Through Life”, un espectáculo inmersivo, concebido como una herramienta educativa sobre el uso seguro y responsable de psicodélicos. Los invito con mucho gusto!

¡Hasta la próxima!