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Claudia: ¿liderazgo o lealtad?
Desde que ganó la elección, hemos esperado en vano que Claudia Sheinbaum (CS) emita señales propias y más independientes de su pensamiento, sus posturas y su visión. Como atinadamente lo definió Jesús Silva-Herzog M. (Reforma 5/8/24), no es que se le exija una ruptura ni traición. “Se entiende que su proyecto coincida con el del presidente saliente”. Pero muchos esperábamos argumentos frescos con sello independiente y estructuración de prioridades de acuerdo con criterios propios. Pero el presidente es como un sargazo invasor que la va ahogando. Habla por ella como si fuera su vocero, se la lleva a giras cada fin de semana, invade atribuciones en política exterior y seguridad que le corresponderían a la presidenta ya en funciones y directamente se involucra en la designación de su gabinete. El colmo de la injerencia es pretender dejarle la mesa puesta con la aprobación del Plan C mediante la artimaña ilegal de la sobrerrepresentación en el Congreso. Por parte de CS ni el más mínimo pestañeo que no sea una rotunda aceptación y abnegación.
CS ha hecho hasta ahora 27 nombramientos: 20 de su gabinete y 7 del gabinete ampliado. Del primero faltan Sedena y Semar y del segundo siete titulares, entre ellos, CFE, Pemex y el ISSSTE. De ese total de designaciones, 59% (16) corresponde a funcionarios ligados a AMLO o al gobierno saliente y 41% (11) podemos considerarlos como propios de CS.
De los 20 nombramientos del gabinete, AMLO se reservó “sugerir” a 10 en las secretarías de mayor importancia política y dos en dependencias de menor influencia política. Entre las primeras, SHCP, Gobernación, Bienestar, Economía, SRE, Jurídico de Presidencia, Educación, Trabajo, Función Pública y Coordinación de la Presidencia. Son carteras que en manos de amloístas aseguran el proyecto del “segundo piso” y dejan poco margen de maniobra a la presidenta. Ella pudo designar a cuatro titulares de secretarías con peso político (Energía, Seguridad Pública, Salud y Agricultura) y cuatro con menor influencia (Cultura, Turismo, Ciencia y Tecnología y Comunicaciones).
Del total mencionado, de 11 designaciones de CS, no miró más allá de su círculo cerrado y siete corresponden a funcionarios que estuvieron con ella en el gabinete de la CDMX. Ello no es garantía de experiencia, pues la operación de un gobierno local es muy diferente a la del gobierno federal.
La influencia de AMLO en el casi 60% de los nombramientos sugiere que desde su rancho de ilustre nombre podrá seguir jalando los hilos del poder. Ello ha llevado a varios analistas a plantear que este es un gabinete de transición, y que después de año y medio (mediados de 2026) CS terminará por conformar un gabinete propio. Sin embargo, esto supone que en algún momento CS tendrá que sacudirse la tutela de su mentor y no podemos prever las consecuencias de ese distanciamiento (una ruptura sería imposible).
La disyuntiva para CS es clara: ¿liderazgo o lealtad? En todo caso, un supuesto gabinete de transición sería muy costoso para la operación del día a día del gobierno, ya que la grilla tendría prioridad sobre un sector público que opere con responsabilidad, eficiencia y eficacia para las decisiones.
X: @frubli