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¿Cómo evitar los errores más comunes al invertir en fondos?
Hay que tener mucho cuidado al elegir los instrumentos que formarán parte de nuestro portafolio de inversión
En México hay cada vez más opciones de fondos de inversión a elegir para construir un portafolio diversificado de inversión. Aunque hoy en día personalmente ya no invierto a través de ellos (porque considero muy caros los costos de administración que cobran las operadoras, los cuales minan mis rendimientos de largo plazo), la realidad es que mucha gente sí hace uso de ellos para construir un patrimonio.
Desde luego, hay que tener mucho cuidado al elegir los fondos que van a formar parte de nuestro portafolio. De hecho, muchísimas personas se equivocan: buscan primero “el lugar” para invertir y luego la “mejor” opción, lo cual muchas veces no funciona.
Entre las cosas que debemos evitar, al invertir en fondos, están las siguientes:
1. Invertir en un fondo de inversión únicamente porque se situó en los primeros lugares de rendimiento el año anterior. Muchas veces, el ranking de los fondos de inversión resulta, por lo general, un buen lugar para encontrar uno exitoso, pero generalmente se debe investigar más. Tal vez el buen desempeño de ese fondo se haya debido a la suerte o a que decidió tomar un riesgo demasiado alto que dio buenos resultados en un mercado al alza, pero que tal vez pueda dar lugar a una gran pérdida en cuanto el mercado tropiece.
2. Comparar peras con manzanas. Cuando a uno le dicen que un fondo dio un rendimiento, digamos, de 8%, podría parecer muy bueno. Pero cuidado: hay que comparar con un benchmark. Por ejemplo, si el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores dio un rendimiento de 15%, un buen fondo indizado debería haber otorgado un rendimiento similar. Existen además operadoras o distribuidores que insisten en comparar sus fondos de inversión en instrumentos de deuda contra las tasas que pagan los bancos a las personas físicas: con ellas suelen tratar de disfrazar rendimientos mediocres. Si un fondo invierte principalmente en Cetes a corto plazo, hay que comparar su rendimiento con los Cetes a 28 días para ver si el desempeño es o no satisfactorio.
3. Basar la decisión de inversión en la publicidad del fondo. Algunas operadoras anuncian sus rendimientos en redes sociales o en revistas, pero pueden parecer engañosos. Es importante medir con un criterio uniforme qué tan cierto es lo que dicen y medir el desempeño del fondo no sólo en un año sino en un horizonte mayor. En ocasiones, algunas operadoras deciden sacrificar comisiones para promover un producto específico y luego, que han captado una base mayor de clientes, la incrementan. Existen numerosas fuentes en línea donde se pueden consultar los rendimientos históricos de los diferentes fondos. Es más: una buena operadora o distribuidora debería entregar estadísticas históricas de rendimiento, en uno, tres, cinco años e incluso desde el cruce de dicho fondo.
4. No conocer los objetivos de inversión del fondo. Es triste, pero muchas veces en los prospectos de información, fact sheets y documentación similar de cada fondo, su objetivo no es claro. Suele estar escrito de manera muy genérica. Entonces uno debe leer cuáles son los límites mínimos o máximos de inversión por cada tipo de instrumento e incluso ver el portafolio, para saber en qué tipo de fondo está uno invirtiendo. Y siempre preguntar qué es lo que el fondo está tratando de lograr. ¿Quiere ganarle al IPC de la Bolsa Mexicana de Valores? ¿Lo ha hecho realmente en los últimos años?
5. No conocer los costos asociados a la inversión. Algunas operadoras o distribuidoras de manera engañosa dicen que no cobran comisiones, porque los rendimientos que recibe el inversionista son netos. Esto es una verdad a medias: no cobran comisiones adicionales a los que ya carga el fondo. Este costo es público, pero normalmente el inversionista lo tiene que buscar. Aparece en los documentos de información clave de cada fondo y cambia de acuerdo a la serie del mismo. En varios fondos de inversión en instrumentos de deuda, el costo promedio suele ser de 1% o incluso mayor. Esto significa que si el fondo realmente logra un rendimiento de 7%, el inversionista recibirá 6% después de comisiones (y antes de impuestos). Pero hay muchos fondos que cobran 3% anual o más, lo cual pocas veces se justifica y afecta directamente al inversionista.
6. Asumir que únicamente por comprar un fondo se tiene una diversificación adecuada. Es cierto que invertir en un fondo genera una cierta diversificación, pero muchas veces no es completa. Para lograrla, un inversionista debe invertir en diferentes tipos de fondos (de mercado de dinero, de deuda a plazo, de deuda en otras monedas, indizado a la Bolsa Mexicana de Valores, especializado en fideicomisos de inversión en bienes raíces, especializado en acciones globales, etcétera).
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