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¿Cómo se ejercerán los $1,500 de la cooperacha?
Los 1,500 millones de pesos obtenidos, según reportó el presidente López Obrador, a partir de la tamaliza ofrecida a empresarios la semana pasada, serán destinados a comprar equipo hospitalario.
Una tabla difundida por la Secretaría de Salud revela que son 2,500 millones de pesos los requeridos para adquirir: 6 resonancias magnéticas, 6 angiógrafos, 10 tomógrafos, 3 aceleradores lineales, 250 ambulancias, 130 máquinas de Rayos X, 998 camas, 71 esterilizadores, 435 ventiladores, 13 mastógrafos, 1,000 camillas, 291 lámparas quirúrgicas y 181 mesas quirúrgicas.
De esta lista salió el monto objetivo de la tan mencionada rifa que inicialmente era para el avión y terminará siendo para comprar equipo médico. Así lo dice el boleto de la rifa y la hoja presentada en la cena a empresarios.
AMID trae propuestas innovadoras
Es evidente que las autoridades antes no han escuchado a los industriales que fabrican dichos equipos de tecnología médica. Y sí sería importante que este gobierno supiera que esta industria trae modelos innovadores donde en lugar de venta directa de equipos, pueden usarse por un flujo de gasto con pago por resultados o pago por click.
Fernando Oliveros, quien esta semana asume como presidente de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID) durante su asamblea anual, nos comparte que la tendencia hoy en tecnología médica ya no es transferir la propiedad del equipo, pues es posible dar el servicio permitiendo el uso de las tecnologías más avanzadas sin desembolsar millonarias inversiones y con mayores ventajas. Lo que sí es que para ese tipo de contratos, México tendría que actualizar su ley de adquisiciones, pero para esta administración ya sabemos que no es ningún problema.
No alcanza el presupuesto público para salud
Por lo pronto, lo que el Gobierno no ha dicho es cómo se harán de los equipos: ¿será licitación o adjudicación directa? ¿Y para qué hospitales se destinarán? Bueno hubiera sido definirlo junto con el anuncio de la rifa.
Por lo pronto, lo que el Gobierno sí tiene claro es que no le alcanza el presupuesto y requiere complementar los ingresos para salud.
La mejor manera que se encontró fue pedirle al sector privado. Lo extraño es que fue a manera de cooperacha. La pregunta es: ¿no sería más eficiente una estrategia donde la inversión privada complemente la inversión pública para los requerimientos de salud? Así le hacen algunos países con sistemas más desarrollados.
En otras latitudes justamente esa es la discusión, la manera en que el capital privado puede complementar al presupuesto público sin perder la vital rectoría estatal.
Lo recién sucedido aquí en México con lo de la cooperación en Palacio Nacional revela el tipo de relación que hay entre el actual gobierno y los dueños del capital. Una relación vertical donde el presidente pide “voluntariamente a fuerzas” aportaciones de asistencia social, las cuales son aparentemente sin compromiso ni nada a cambio. Y donde los empresarios están dispuestos a aportar dinero para atención en salud pero sin pedir transparencia ni reporte de su ejercicio.
Fueron 1,500 millones de pesos, monto muy significativo, de un ejercicio único e irrepetible. Y se obtendrán otros 1,000 millones de pesos por el resto de los boletos.
En lo que parece haber acuerdo es que falta dinero para salud y puede ser aportación privada. Aparte, si este Gobierno se resiste a una reforma fiscal que eleve la recaudación para una mayor cobertura en salud, entonces quizá sí puede hablarse de otros esquemas, como incluir financiamiento privado para salud en forma estructurada, inteligente y con una fuerte rectoría y control del Estado.