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¿Cómo será el próximo sexenio para las trabajadoras domésticas en México?
Afines del siglo pasado, el aviso de ocasión de uno de los principales periódicos de México tenía una sección que se denominaba Sirvientes. Ahí se colocaban las ofertas de empleo. Un anuncio típico decía más o menos así: “De planta, hasta 35 años, presentable, experiencia, ofrezco casa, alimentos, sueldo según aptitudes”.
Con el tiempo y la corrección política, en los avisos de ocasión desapareció la palabra sirvientes y fue sustituida por personal doméstico. Los avisos de ocasión se han transformado. El lenguaje ha mejorado algo y desde hace nueve años hay un sindicato que los representa, pero la situación laboral sigue siendo más o menos la misma: 95% de las trabajadoras domésticas remuneradas están en la informalidad. En un país donde más de la mitad de la población ocupada trabaja en la informalidad, esta actividad destaca por el alto nivel de informalidad.
En México, son 2.5 millones de personas que se desempeñan en trabajos domésticos remunerados. Según el estudio que cada año hace el Inegi, nueve de cada 10 son mujeres y 67% gana un salario mínimo o menos. En 2024 esto es de 7,500 pesos mensuales para abajo. En promedio tienen ocho años de escolaridad, en el caso de las mujeres. Nueve años de estudio, para los hombres. Esto equivale a secundaria terminada. Ellos son uno de cada 10 en el trabajo doméstico remunerado. Se desempeñan principalmente como choferes, jardineros y servicios de vigilancia o seguridad.
Entre los datos hay algunos que llaman la atención. El número total de trabajadoras domésticas remuneradas se ha quedado “topado” alrededor de los 2.5 millones. Es el número que había en 2019. Los datos nos indican que hubo una caída de 300,000 en la pandemia. El número se recuperó desde el 2022 a la fecha, pero cabe la pregunta: ¿qué hay detrás del “tope” en el número 2.5 millones? El número de hogares ha crecido. En 2020 eran 35 millones. Esto implicaría que apenas 7% de los hogares en México tienen personal doméstico.
Son muchos datos y va otro más. En febrero de 2024, sólo 65,000 trabajadoras domésticas están inscritas en el IMSS. Esto es 2.6% del total. Se trata de un programa que tiene su origen en un juicio promovido por una trabajadora adulta mayor que demandó a sus patrones por su pensión. El asunto llegó a la Suprema Corte de Justicia, que ordenó al IMSS reglamentar el trabajo doméstico en su ley. El IMSS arrancó la fase piloto en el 2019 y desde fines del 2022 ha entrado en otra etapa porque ya hay un marco legal.
El progreso en el marco legal no ha modificado la realidad. La inscripción de las trabajadoras domésticas sigue siendo marginal: en junio de 2022 eran 49,482 trabajadoras domésticas remuneradas inscritas ante el instituto. En mayo de 2023, eran 59,913. A este paso se necesitarían casi 400 años para llegar a tener cobertura total. La buena noticia es que gracias a ese programa algunas han conseguido una pensión, son cerca de 15,000.
En un primer momento, se puso mucha atención a la difusión, entre las trabajadoras y con las empleadoras. La premisa era que si las trabajadoras estaban enteradas, ellas serían las más interesadas en defender sus derechos. El avance fue muy lento y, con el tiempo, el IMSS ha puesto énfasis en simplificar el proceso. El Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar considera que hace falta poner más atención en las inspecciones en el lugar de trabajo. Apunta que la ley implica obligatoriedad, pero no deja claro qué pasa con los patrones que no cumplen.
Tenemos 2.4 millones de trabajadoras domésticas en condiciones de vulnerabilidad, donde son “normales” el trabajo infantil, las jornadas extendidas y los despidos arbitrarios ¿Qué proponen las candidatas presidenciales y el candidato Máynez?