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Opinión

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Crisis económica y laboral ¿un callejón sin salida?

Es -prácticamente- inexistente la recuperación de la crisis económica y laboral que provocó tanto la pandemia de coronavirus como la respuesta por parte de las autoridades. Todos los indicadores señalan que, a finales del 2020 y en lo que va del 2021, el empleo y las actividades productivas están muy lejos de normalizarse del todo. Este año será realmente complicado para los mexicanos.

Desde 1932 nuestro país no atravesaba una contracción económica como la que vivimos en 2020. El año pasado, el Producto Interno Bruto sufrió una dramática caída de 8.5%. Sin lugar a dudas, la intermitente suspensión de actividades debido al Covid-19 fue la principal causante de esta situación, aunque también debe señalarse que el Gobierno prácticamente no hizo ningún esfuerzo fiscal por aminorar el impacto económico del distanciamiento social.

Esto tiene consecuencias. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre el cuarto trimestre del 2019 y el mismo lapso del 2020, aumentó la pobreza laboral de 37.3% a 40.7%, lo que significa que, tristemente, creció la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria. De poco sirven los aumentos al salario mínimo si no se fomenta la creación de empleos formales y de calidad. De hecho, en el lapso señalado anteriormente, el ingreso laboral real mostró una disminución del 2.5%.

También están en números rojos los datos de la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Inegi, correspondientes al último trimestre del 2020.

Las cifras son alarmantes. Si hacemos un ejercicio comparativo entre los últimos tres meses del 2019 y el periodo equivalente del año pasado, encontraremos que la población económicamente activa pasó de 57.6 millones a 55.9 millones, reduciéndose en 1.7 millones de personas. Por otra parte, la población ocupada se contrajo en 2.4 millones de individuos, en especial, debido a la caída de 1.7 millones en la ocupación informal, la cual también se vio seriamente afectada. Hubo una disminución de 1.4 millones de trabajadores subordinados y remunerados. En cambio, la subocupación casi se duplicó, ya que aumentó de 4.3 millones a 8.1 millones.

Las perspectivas son realmente críticas y no se ve para cuándo vayan a mejorar. El Gobierno Federal esperaba recuperar al cierre del mes de marzo los empleos perdidos durante el confinamiento del 2020, tarea casi imposible si se considera que para conseguirlo habría que generar cerca de 700 mil empleos en dos meses. De hecho, en enero de este año las autoridades enfrentaron un enorme revés, ya que se crearon casi 30 mil empleos menos de los que tenían contemplados.

Una de las principales causas de que nuestro país haya resentido especialmente los impactos de la pandemia es que se están obstaculizando la inversión, el desarrollo de actividades productivas y la creación de empleos formales. Si se crea un ambiente de incertidumbre y de adversidad, los negocios no confían en el entorno, no generan trabajos y, en resumen, hay una actitud de reserva que resulta poco propicia para la recuperación.

Un buen ejemplo de lo anterior es lo que sucede en el caso de la subcontratación de personal. En cualquier momento puede aprobarse una iniciativa retrograda, prohibicionista y criminalizadora con el outsourcing, capaz de desmoronar la operación ya no sólo de empresas, sino de cadenas productivas enteras, en las que trabajan cerca de 5 millones de connacionales y en las que participan con especial intensidad Canadá y Estados Unidos.

Como si el contexto de la pandemia (que muy probablemente será una de las peores que ha vivido la humanidad) no fuese suficiente para desmoronar el empleo y la economía, se están poniendo trabas innecesarias que, ya lo reflejan los datos, tienen a México contra las cuerdas. Esperemos que pronto se terminen los escarceos regresivos y que las autoridades, la sociedad civil y el sector privado colaboren para sacar adelante al país ahora que, aunque lejana, se vislumbra la victoria sobre el coronavirus.

*El autor es director general de TallentiaMX.

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