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Opinión

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Cuando despertó, la extorsión seguía ahí

Los limoneros del valle de Apatzingán anuncian un paro porque ya no pueden, porque ya no quieren seguir aguantando la extorsión de los grupos criminales. Escucho el testimonio de Guadalupe Mora, hermano del asesinado Hipólito Mora, con Ana Francisca Vega. Imposible no conmoverse. Deben pagar dos pesos a los extorsionadores por cada kilogramo que cosechan. Los cárteles deciden qué día se corta limón y qué día se debe suspender la actividad. Los criminales tienen el poder para decidir quién puede vender y qué cantidad. Controlan lo que pasa en el campo, también los caminos por los que sale la producción.

Impresiona el valor del que denuncia, pero también la realidad que nos presenta. No hay denuncias formales ante la autoridad, porque el precio que paga quien presenta una denuncia es la desaparición y, además, no pasa nada, dice Mora. Es noticia que levanten la voz y hagan un paro de labores. ¿Por qué es tan difícil que sea noticia la extorsión que ocurre todos los días, pero no interrumpe las labores ni trastoca la normalidad?

Hace un año, estábamos hablando de extorsión en el valle de Apatzingán y desde entonces no ha pasado nada o casi nada. La extorsión sigue ahí. Dejamos de hablar de ella y pasamos a otros temas o a otros lugares donde también hay extorsión. Restaurantes en zonas turísticas, transportistas en todo el país, comerciantes en tianguis y en centros comerciales.

Por un momento, en junio pasado, los reflectores volvieron a Michoacán porque se suspendió la exportación de aguacate a Estados Unidos. La agresión a dos inspectores estadounidenses en el municipio de Aranza provocó que durante poco más de una semana estuviera cancelada la venta de oro verde a Estados Unidos. Las sanciones costaban cerca de 10 millones de dólares diarios y eso prendió las alarmas. Alguien había cometido un error y recalentó la plaza. Escaló hasta la mañanera y ameritó la intervención del presidente López Obrador y del embajador Ken Salazar, quienes se ocuparon del tema.

¿Qué hará el gobierno de la doctora Sheinbaum para frenar la extorsión? Es el delito que más creció en este sexenio y cierra a tambor batiente. Tuvo una tasa de crecimiento anual de 23% entre 2018 y 2023, de acuerdo con una investigación del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.

En Guerrero, se ha denunciado la extorsión de los comerciantes de pollo, huevo y tortilla, además de productores de maíz. Un grupo criminal, al que se identifica con la Familia Michoacana, impone precios y obliga a los comerciantes a adquirir bienes a proveedores que ellos determinan. Por cada kilo de pollo y huevo que se comercializa, la cuota de la extorsión es de 5 a 7 pesos.

A finales de julio, fue asesinado Julio Almanza, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas. Un poco antes de su muerte, denunció la situación que afectaba a su estado: “Estamos preocupados por el comercio de Nuevo Laredo. Queda claro que somos rehenes de extorsiones, de bandas delincuenciales. Se ha convertido en deporte nacional el cobro de derecho de piso en Tamaulipas”.

Hace una semana, los recolectores particulares de basura de la zona oriente del Estado de México bloquearon la avenida Bordo de Xochiaca para protestar por la presencia de grupos criminales que les exigen hasta 50,000 pesos a la semana por dejarlos trabajar. La protesta llamó la atención de los medios nacionales porque los recolectores vaciaron toneladas de desperdicios sobre la vialidad. Causaron problemas de tráfico.

¿Cuál es el impacto de la extorsión? La inmensa mayoría de casos no se denuncian, eso hace difícil tener una cifra exacta. La Coparmex calcula en 120,000 millones de pesos el costo de este delito para las empresas (suponemos que afiliadas a la organización). El Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM indica que este delito aumenta hasta en 2 puntos porcentuales la inflación. ¿En qué lugar ponemos los costos asociados a la salud mental? El incremento en el gasto en seguridad personal o familiar, la merma en los volúmenes de negocio, el impacto que tuvo la extorsión en las vidas de las personas que tuvieron que abandonar el lugar donde vivían y trabajaban… Quedan muchas historias por narrar. Muchas cosas que cambiar en el próximo sexenio.

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

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Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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