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Opinión

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¿Cuántos votos traerá para Morena esta reforma de pensiones?

El gobierno de Peña Nieto será recordado por sus casos de corrupción y frivolidad. Fue tan gris su sexto año que muy pocos registran que, al final, dejó para la administración de AMLO algunas bolsas millonarias de recursos. Los fideicomisos son uno de los mejores ejemplos de ello. El gobierno de López Obrador decretó la desaparición de 109 fideicomisos y dispuso de 135,373 millones de pesos que estaban etiquetados para atención de desastres, salud, ciencia y tecnología, fomento a la actividad cinematográfica. Fueron etiquetados como ingresos no presupuestarios, explica el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas.

El 2024 no se parece a 2018 por muchas razones. Habrá reservas récord en el Banco de México, pero se acabaron los guardaditos. Faltan 171 días para que termine el sexenio y el tanque del gobierno se está quedando sin gasolina (¿es necesario recordar que el coche no es eléctrico?). El estatus del tanque quedó claro en el presupuesto 2024, cuando el gobierno solicitó al Congreso autorización para tener un déficit de 2 billones de pesos, que se cubrirá principalmente con deuda.

Hemos llegado al punto en el que los encargados de las finanzas públicas empiezan a echar de menos los 300,000 millones de pesos que costó el Aeropuerto Felipe Ángeles; el medio billón de pesos del Tren Maya y los 18-20,000 millones de dólares de la refinería Dos Bocas. Estas tres obras emblemáticas costaron mucho más que lo presupuestado. Hay opacidad en los costos reales, pero podemos establecer conservadoramente que, sólo en estas tres obras, se gastó en exceso alrededor de 550,000 millones de pesos y 10,000 millones de dólares.

Ni hablar de los estímulos billonarios a Pemex. Qué falta le hacen a México esos miles de millones. Qué falta le hacen al gobierno de AMLO para cerrar la administración. Qué falta le harán a la presidenta que llegue para comenzar su sexenio.

El presidente es una persona de convicciones firmes o necio, según el color del cristal con el que se mire. Terminará el sexenio sin reconocer que se necesita una reforma fiscal. Sin aceptar que la decisión y ejecución de sus obras emblemáticas fue un desastre. Sin reconocer que las finanzas públicas no resisten la forma en la que plantea algunos de sus principales proyectos u ocurrencias.

Uno de los ejemplos más recientes de esto es la propuesta de reformar las pensiones y garantizar a los trabajadores formales un ingreso de retiro de 16,778 pesos mensuales, equivalente al salario promedio del IMSS. Fue planteada en febrero, como parte de un ómnibus de 20 reformas constitucionales. Lo hizo para marcar una línea de conversación en el periodo electoral, pero también para tirar línea para la próxima legislatura y a la presidenta que asumirá el 1 de octubre.

Imposible no estar de acuerdo con las iniciativas que buscan otorgar ingresos dignos a las personas que han dedicado décadas de su vida a trabajar. Imposible no ver el impacto electoral de esta propuesta. Es un tema sensible. Un asunto de la mayor importancia en el que México está en deuda: el sistema de pensiones actual ha quedado a deber porque ofrece una tasa de reemplazo que es insuficiente. El que había antes de la reforma de Zedillo era insostenible. Ponía en situación de quiebra las finanzas públicas.

López Obrador presentó una iniciativa que incluye la creación de un Fondo de Pensiones para el Bienestar. En la explicación de su propuesta, se refirió a un capital semilla para la creación de ese fondo. Serían alrededor de 60,000 millones de pesos, de donde saldrían los recursos para pagar los 16,778 pesos mensuales a los primeros trabajadores que se retiren. 

¿De dónde saldrán los recursos para ese capital semilla?, ¿del Fondo de Pensiones para el Bienestar? En la respuesta a esta pregunta emerge el estilo AMLO en todo su esplendor. En comunicación política saca una nota sobresaliente. En el impacto a las finanzas públicas obtiene una calificación que está entre regular y no aprobado.

El fondo se financiará con el 75% de los recursos obtenidos para devolver al pueblo lo robado; el 25% de las utilidades que se obtengan del Tren Maya, Mexicana de Aviación y el producto de las ventas de los terrenos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo. ¿Cuánto es eso? Puede ser mucho, poco o nada. Por ello, van por una bolsa millonaria que detectaron. Un auténtico tesorito: los recursos no reclamados que están en las cuentas de afores. No todos, sino los que corresponden a los trabajadores mayores de 70 años.

Son cerca de 40,000 millones de pesos y están ahí. El gobierno propone tomar los recursos y ofrece pagar a quien reclame. Es una apuesta más o menos segura porque es complejo el trámite del reclamo y muchos trabajadores no han asumido plenamente sus derechos sobre sus recursos que están en las afores. En su narrativa, la diputada que propone la iniciativa, habla del dinero que las afores jinetean. En vez de impulsar cambios radicales para que cada trabajador o su familia puedan recuperar su dinero, tenemos que el gobierno ya tiene una idea de qué hacer con los recursos. ¿Para cuánto alcanzarán? No sabemos cuántas pensiones de 16,778 pesos. Quizá AMLO sabe cuántos votos.

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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