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Opinión

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Cuarentena musical

El Festival de Arte y Música del Valle de Coachella —el segundo más grande en Estados Unidos— se ha pospuesto hasta el otoño. Foto: AFP

El Festival de Arte y Música del Valle de Coachella —el segundo más grande en Estados Unidos— se ha pospuesto hasta el otoño. Foto: AFPAFP or licensors

Los festivales de música y conciertos masivos han sido una de las víctimas colaterales de la pandemia de coronavirus que asedia al planeta. Hasta ahora este virus ha ocasionado casi 4,300 muertes y provocado caídas en los mercados, golpeado el turismo, el comercio y las economías de todo el mundo. Tarde o temprano, el golpe llegaría a las industrias culturales y los conciertos están empezando a asimilar el impacto.

El primer afectado por el temido coronavirus Covid-19 fue el festival de música electrónica Ultra, que fue suspendido la semana pasada por orden de las autoridades de Miami. El festival South By Southwest (SXSW) en Austin, Texas, le siguió y canceló todas sus conferencias y presentaciones musicales por la declaratoria de desastre que impuso el ayuntamiento local. Ozzy Osbourne, Trent Reznor, Atticus Ross y Beastie Boys habían anunciado sus ausencias en el encuentro que reúne anualmente a figuras del mundo de la música, el entretenimiento y la tecnología.

La avalancha continuó esta semana. El Festival de Arte y Música del Valle de Coachella —el segundo festival más grande en Estados Unidos—, los festivales Stagecoach, Treefort, Desert Stars, Big Ears y la Winter Music Conference se sumaron a la lista de eventos que se pospondrán en Estados Unidos por la expansión del Covid-19. En Estados Unidos se han confirmado 1,000 casos. Estos festivales se llevarán a cabo en el otoño, pero aún existe mucha incertidumbre sobre cómo quedarán sus alineaciones para las fechas reagendadas y cómo se verá afectada su organización por estos cambios.

En América Latina, las ediciones del Lollapalooza en Chile y Argentina también han sido pospuestas. Un reporte de Forbes estima que la epidemia de cancelaciones dejará un impacto de 5,000 millones de dólares en la industria de los espectáculos en vivo.

La organización de espectáculos en vivo es compleja y de esta estructura no sólo dependen los músicos; también hay que considerar la producción, la seguridad y la logística que conlleva organizar un evento de esta naturaleza. Además hay todo un ecosistema (hoteles, transporte, servicios, alimentación) que se mantiene gracias a estos festivales y estas economías locales tendrán que asimilar las pérdidas y consecuencias inmediatas de este virus.

Eso no es todo. Las giras y presentaciones de BTS, Green Day, Madonna, The Who, Carlos Santana, Pixies, The National, Avril Lavigne, Justin Bieber, Slipknot, They Might Be Giants, Yes, New Order, Bikini Kill y Liam Gallagher han tenido que ajustarse a este nuevo panorama y verse en la necesidad de mover o cancelar sus compromisos.

Los rockeros de Pearl Jam se vieron obligados a posponer la primera parte de su gira por Estados Unidos, con el que arrancarán la promoción de su nuevo álbum “Gigaton”. KISS ha decidido ponerle pausa a sus encuentros con los fanáticos, y aunque la banda no ha cancelado las fechas de su gira de despedida, por ahora no podrás tomarte la foto con Gene Simmons y Paul Stanley en el backstage. El Teatro de la Scala de Milán suspendió todo su programa de conciertos hasta abril, en tónica con la cuarentena impuesta por las autoridades italianas. También el Carnegie Hall, la Filarmónica de Nueva York y la ópera del Met han tomado medidas al respecto.

Entre el mar de cancelaciones los músicos han tenido que buscar soluciones creativas para afrontar esta crisis sanitaria. La banda neoyorquina Nada Surf decidió hacer dos presentaciones en el foro La Cigale, de París, para poder cumplir con las restricciones sanitarias implementadas por el gobierno de Emmanuel Macron que limitan las concentraciones de más de 1,000 personas en lugares cerrados. El cantante irlandés Van Morrison también recurrió a la misma táctica para poder realizar sus presentaciones en el Olympia de París.

En México la ola de cancelaciones apenas empieza. She Wants Revenge ha cancelado sus presentaciones en la CDMX, Guadalajara y Monterrey. Bloodbath y Katatonia también han eliminado sus presentaciones en la décima edición del Hell and Heaven Fest. El Vive Latino, que se llevará a cabo este 14 y 15 de marzo, no ha anunciado cambios. Guns ‘n’ Roses —uno de los teloneros del festival— canceló sus presentaciones en Costa Rica, pero hasta ahora su presentación en el festival más importante de América Latina sigue en pie. Esperemos que los festivales de verano puedan librar esta cuarentena musical.

antonio.becerril@eleconomista.mx

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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