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Opinión

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¿De qué tema charlarán Olaf Scholz y Nicolás Maduro?

La Unión Europea (UE) y la Comunidad de Países de América Latina y Caribeños (CELAC) son dos planetas que se tocarán en Bruselas el lunes y martes próximos.

Por la frecuencia atípica de la organización de la cumbre UE-CELAC, la periodicidad del fenómeno se asemeja a la de un eclipse: hace ocho años que no se reúnen los 60 países de los dos bloques.

La UE es una arquitectura formada por instituciones; la CELAC no solo carece de ellas, sino que algunos de sus miembros no creen en las instituciones. Díaz-Canel, Maduro y Ortega son dictadores.

¿Qué tienen que platicar Olaf Scholz con Nicolás Maduro? Nada.  El venezolano tiene cita con tribunales internacionales por delitos de lesa humanidad. ¿De qué temas podrían charlar el portugués António Costa con Daniel Ortega? ¿Díaz-Canel le recomendará a Macron la receta perfecta para reprimir a manifestantes?

Qué decir del impresentable Alejandro Giammattei cuya complicidad con jueces tiene en vilo la segunda vuelta presidencial en Guatemala.

¿Bukele hará una presentación en 3D y con 6G ante el pleno de la cumbre sobre su exitoso programa antipandillas y sobre el acto de magia de buscar la reelección pese a que la Constitución no la contempla?

Xiomara Castro explicará la razón por la que traicionó su promesa de campaña de no militarizar la seguridad de Honduras.

El presidente López Obrador no irá a Bruselas. Es un tierraplanista en el ámbito internacional. En Europa están ávidos por conocer la fórmula en que ha transformado el algoritmo de Facebook en mañaneras; el pase mágico de transformar atentados terroristas de los narcos en charlas de odio contra la oposición. Así es la democracia en Morena.

De haber ido a Bruselas, Mark Rutte se le acercaría a AMLO para preguntarle sobre su programa Quédate en México. De facto, tercer país seguro en un país inseguro. Misterios de la vida.

Lula se presentará como líder de la región. Ante el pleno explicará en qué consiste su plan de paz entre Rusia y Ucrania. Dirá que es equidistante frente a las partes involucradas, pero lanzará metralla discursiva en contra de los europeos por promocionar la guerra. Los tres mosqueteros envejecen 20 años después. Normal. Pero las ideas locuaces revelarán la decadencia del brasileño.

Ojalá que me equivoque.

Gustavo Petro charlará con Pedro Sánchez sobre el futuro de Venezuela. Adanista, el colombiano, tiene la creencia de que Maduro es un personaje honesto cuando dice que quiere dialogar. Sánchez, en pleno proceso de despodemización, le dará una tarjeta de Pablo Iglesias y de Zapatero para que los consulte sobre el proceso óptimo de blanquear dictadores.

La cumbre de la UE/CELAC solo podrá ser analizada desde el diván. El proceso de desdemocratización que sufre América Latina es súbito y preocupante. Es más fácil que El Salvador o Guatemala se unan al bloque de las tres dictaduras a que regrese la democracia en Venezuela.

Lo que se observa en Costa Rica en la actualidad era impensable hace un par de años. Su presidente, Rodrigo Chavez, reúne a su gabinete todos los miércoles para humillarlos frente a medios de comunicación.

Perú irá a Bruselas con la cola entre las patas. El fenómeno consiste en visitar la cárcel después de dejar la presidencia.

Me gustaría viajar a Bruselas solo para observar a 60 presidentes o primeros ministros tratando de comprender el fenómeno de la cumbre UE/CELAC.

No me extrañaría que más de un presidente se recueste en el diván o se vaya a la playa.

Twitter: @faustopretelin

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Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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