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Decálogo de un día negro para Estados Unidos
Donald Trump es producto de las crisis que viven las democracias en el mundo. La de Estados Unidos no es excepción.
Lo ocurrido ayer en el Capitolio se le fue de las manos al presidente y demuestra que nunca tuvo la capacidad para gobernar el país. Lo que sí queda en evidencia es la enorme cantidad de cómplices que le abrieron la puerta de la Casa Blanca, en principio, el Partido Republicano.
- Trump azuzó a los suyos para que se presentaran en el Capitolio y no ordenó a las fuerzas de seguridad blindar el recinto para impedir el asalto.
- El presidente quiso oficializar la ruptura con el Partido Republicano a través del asalto al Capitolio, dos semanas antes de concluir su administración. Su excelente resultado en las elecciones de noviembre (74 millones de votos) lo envalentonó para armar un movimiento, el trumpismo.
- El vicepresidente Mike Pence da un paso atrás, pero lo hace muy tarde. Pasará a la historia por haber sido cómplice de un presidente racista y divisorio en lo social.
- La muerte de una persona que se encontraba en el interior de la sesión conjunta de senadores y representantes señala a Trump como corresponsable, y como tal, tendrá que ser sometido a la justicia de su país, incluso, antes de que concluya su gobierno.
- Sobre la mesa se encuentra la posibilidad de aplicarle la Enmienda 25 de la Constitución para preservar la democracia frente a su incapacidad de gobernar. El argumento es muy sencillo: no tiene pruebas de un supuesto fraude. Por el contrario, existe una prueba que revela su petición de fraude en contra de Biden a través de una llamada telefónica al secretario de Estado de Georgia.
- Trump nunca se imaginó que su instrucción a la turba en contra de la sesión protocolaria en el Capitolio cobrara una vida humana. Cuando al presidente le comentaron que el escenario se estaba saliendo de control, de manera inmediata ordenó a los sediciosos regresar a casa.
- Trump debe ser acusado de dos delitos: obstrucción del poder Legislativo a través de la violencia y asesinato no premeditado.
- El presidente de Estados Unidos hizo de la mentira su plan de Gobierno.
- Su obsesión por desmantelar lo construido por Obama también fue su plan de gobierno.
- Su política exterior le ayudó a mover algunas fichas de su política doméstica. El problema fue que lo hizo pisoteando a países como México (“violadores”), El Salvador y Haití (“países de mierda”). Lo increíble fueron las respuestas tibias y, lo peor, cómplices, de Peña Nieto y López Obrador. Pocos gobernantes le hicieron frente a Trump: Angela Merkel y Justin Trudeau, entre otros.
- Es claro que todas las sanciones que aplicó el Gobierno de Trump a varios países se han convertido, desde ayer, en ridículas. Como ridículos también lo fueron Jared Kushner, Mike Pence, Mike Pompeo, Rudy Giuliani, John Bolton y todos aquellos que, sabiendo de la incapacidad mental del presidente Trump, lo apoyaron en sus decisiones.
- El sistema democrático está en crisis. La fragilidad frente al populismo las caracteriza.
- Lo ocurrido ayer en Washington no fractura el orden constitucional estadounidense. Precipita el divorcio de Trump con los republicanos pero enciende una alarma en la justicia del país. Para que dictaduras como la venezolana no se ría de lo ocurrido, tendrá que actuar en contra de Trump.
Día negro para la democracia y para Trump.
Twitter: @faustopretelin