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Opinión

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Desdén por la educación

En mi artículo de la semana pasada “Educando para permanecer pobres” analicé la importancia del capital humano en el crecimiento económico. Como señalé, son tres las fuentes de crecimiento: un aumento en el acervo de capital de la economía (infraestructura, planta, maquinaria y equipo), una mayor cantidad de trabajadores ajustando la fuerza laboral por el capital humano que posea cada uno de los individuos (las habilidades con las que nacen y perfeccionan con entrenamiento y uso y el acervo de conocimientos que se adquieren en la educación formal así como los que se derivan del entrenamiento en el trabajo, tanto el de carácter general como el específico) y un incremento en la productividad factorial total, siendo ésta la principal fuente de expansión del PIB por habitante en el largo plazo.

La evidencia internacional apunta a que entre mayor sea el acervo de capital humano que poseen los individuos y entre mayor sea la calidad de este acervo, más eficiente y barata será la introducción y adaptación de nuevas tecnologías en el proceso de producción, siendo este avance tecnológico lo que permite, a su vez, un aumento sostenido en la productividad factorial total. Cabe señalar que el avance tecnológico en los procesos productivos y su efecto sobre la productividad pueden verse (dado que es equivalente) a una reducción en los costos de producción de las empresas. Así, estas pueden producir más bienes y servicios con los mismos costos o producir lo mismo que antes de la mejora tecnológica con menores costos.

Además, y esto es importante, el avance tecnológico se traduce en la producción de bienes y servicios de mayor calidad. Compare, por ejemplo, un teléfono celular modelo 2023 con uno de principios del presente siglo o una televisión de este año con una de la década de los cincuenta del siglo pasado o un automóvil de 2023 con uno modelo T y que decir los avances tecnológicos en la medicina. Claramente los grandes ganadores del cambio tecnológico son los consumidores.

Es importante apuntar que la introducción de los cambios tecnológicos en la producción no es como inflar un globo que se expande uniformemente; es más bien como el brote de hongos en el campo cuando empiezan las lluvias; no aparecen todos simultáneamente ni crecen a la misma velocidad ni alcanzan el mismo tamaño. La investigación y la introducción de nuevas tecnologías de producción es un proceso asimétrico, tanto en tiempo como sectorialmente y de ahí la importancia de que la mano de obra en toda la economía deba tener un alto nivel de capital humano para irse adaptando a medida que se van introduciendo los cambios en las tecnologías de producción en los diferentes sectores de actividad económica.

Y aquí es donde entra el servicio educativo. La principal función de este, particularmente en los niveles básicos, es que los niños y jóvenes adquieran los conocimientos básicos de carácter general que les permitan incorporarse productivamente en el mercado laboral. Es función de las escuelas que los niños y jóvenes aprendan los conocimientos principales en matemáticas, lenguaje y ciencia como base para una educación superior más especializada. Para que el país progrese es indispensable que la población, los trabajadores, puedan entender y resolver problemas de matemáticas, que entiendan y comprendan los textos que leen y tener los conocimientos de ciencias naturales, física, química, biología, etcétera que les permitan entender y adaptar, en su caso si así lo requiere, las nuevas tecnologías de producción.

Ademas, la educación formal es lo que permite una mejora en el nivel de vida; la educación es el principal mecanismo de ascenso en la escala socioeconómica de los individuos. La Encuesta Ingreso - Gasto de los Hogares 2022 ilustra esto. Así, en el caso de los hombres, el ingreso promedio mensual de un trabajador con educación primaria fue de $5,700, con educación secundaria de $7,900, con preparatoria de $9,500, con licenciatura de $16,650 y con posgrado de $35,500. En el caso de las mujeres, su ingreso correspondiente fue $3,150, $4,820, $6,230, $11,815 y $24,500 respectivamente (el sesgo en contra de las mujeres es tema de otro artículo). La evidencia es contundente: a mayor nivel educativo, mayor será el ingreso individual y familiar y mayor será, en consecuencia, el nivel de vida reflejado en la posibilidad de adquirir más y mejores satisfactores.

Habiendo establecido la importancia de los avances tecnológicos para el crecimiento y a su vez la relevancia de la educación y el capital humano para la introducción y adaptación de estos cambios, resalta la visión retrógrada del presidente López al respecto. Su idea de qué hay que promover la “economía del trapiche”, las tecnologías ancestrales y obsoletas de cultivo junto con su oposición a la introducción de semillas mejoradas, fertilizantes y herbicidas, su preferencia por la generación de energía eléctrica con combustibles fósiles en lugar de eólica y solar, su insistencia de volver a un sistema ferroviario de pasajeros y muchos más ejemplos explica no solo su desdén por los avances tecnológicos, explica también su desdén por una educación que sea conducente al progreso económico y no una que perpetúe la pobreza.

Habrá que elegir como próximo presidente a quien tenga una visión moderna del mundo, alguien que ponga énfasis en la educación pública de calidad y revierta el daño causado por el gobierno actual.

Twitter: @econoclasta

Economista y profesor. Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la República Francesa. Medalla al Mérito Profesional, Ex-ITAM.

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