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Desigualdad en México, en aumento
A nueve meses de que concluya el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, vale la pena evaluar si, como ofreció en campaña y durante su gobierno, se redujo la desigualdad en México. ¿Los pobres en México hoy son menos pobres? ¿Está mejor distribuida la riqueza? ¿Se ha cumplido el lema y propósito gubernamental de “primero los pobres”?.
Es cierto que el actual gobierno ha aumentado el gasto social respecto del sexenio anterior. En los primeros cinco años el gasto en programas sociales creció 30%. Sin embargo no ha logrado reducir la pobreza extrema. De acuerdo con datos de Coneval, 46.8 millones de personas viven en pobreza en México, lo que equivale al 36.3% de la población total del país.
Aunque se registró una disminución de 5.1 millones personas en pobreza, los mexicanos que viven en pobreza extrema se mantuvieron casi igual, con un leve aumento de 400,000 personas al pasar de 7.0 a 7.1%. También es cierto que el salario mínimo ha aumentado notablemente; que aumentó el periodo de vacaciones; que se eliminó el outsourcing, que se incrementó y lo seguirá haciendo, la aportación patronal a las afores, y que se busca reducir la jornada laboral, entre otras medidas.
Sin embargo la elevada inflación ha diluido el alza salarial y las transferencias económicas a través de los programas sociales, no han tenido la repercusión positiva objetivo, por la caída de los servicios públicos en salud y educación, por ejemplo. Los datos duros dejan ver que con todo y las buenas intenciones de beneficiar a los pobres, la condición de la mayoría de los mexicanos sigue en los diferentes niveles de pobreza.
En este sexenio también se enfatizó en la necesidad de avanzar hacia una sociedad más equitativa en términos de distribución de la riqueza. Y de separar al poder económico del poder político. La realidad es que los ricos hoy, son más ricos. Oxfam, la confederación internacional que integran 19 organizaciones no gubernamentales, revela en su último informe, que la desigualdad en México, sigue aumentando.
Sus cifras destacan que 14 ultra ricos acaparan el 8% de la riqueza en México. Las 294,000 personas más ricas acumulan el 60% de la riqueza de México. Es decir, 0.2% de la población posee 6 de cada 10 pesos de riqueza en el país. Son 14 ultra ricos que acaparan el 8% de la riqueza de México; Carlos Slim, posee el 4 por ciento.
Oxfam señala que tras las ganancias post pandemia, Slim y Germán Larrea, acumulan tanta riqueza como 334 millones de personas. La confederación internacional de ONGs sostiene que el monopolio de la desigualdad presenta un panorama de extrema concentración. En México, 294,000 personas poseen más de un millón de dólares y la suma de sus fortunas representan el 60% de la riqueza privada del país.
Mientras que 46.8 millones de personas viven en situación de pobreza y más de nueve millones no saben si podrán comer al día siguiente. El diagnóstico de Oxfam señala que la extrema desigualdad en México es resultado de transferencias masivas de riqueza del gobierno mexicano a un pequeño grupo de magnates durante las últimas cuatro décadas.
Un dato adicional: 11 de las 14 personas ultra ricas mexicanas se han beneficiado de privatizaciones, concesiones, licencias y permisos otorgados por el gobierno. Lo que destaca Oxfam, deja ver que en los gobiernos “neoliberales” los más ricos se beneficiaron con la privatización y concesiones. Pero también deja claro que en lo que va de este gobierno, el proceso de acumulación y concentración de la riqueza se ha mantenido e, incluso ha aumentado.
Refiere Oxfam que entre septiembre del 2021 y septiembre del 2022 los precios de toda la economía se incrementaron un 6.5%, el mayor aumento en dos décadas. Recuerda que la pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania aumentaron los costos de producción. Y posteriormente, cuando tales costos bajaron, los precios no lo hicieron porque los ultra ricos usaron sus monopolios y oligopolios no regulados para mantener los precios altos.
El 60% del aumento de precios de ese periodo fue capturado por ganancias de las empresas. Esos son los datos y referencias. De los cuales se desprende que el cambio de modelo no ha sido tan eficaz como se esperaba para reducir la desigualdad.
Hoy, cuando se busca desaparecer a los órganos reguladores, debería entenderse que el efecto que tendría, sería una mayor desprotección para los consumidores y una mayor ventaja para los monopolios y oligopolios. México requiere urgentemente encontrar el camino del crecimiento alto y sostenido, fortalecer a las instituciones reguladoras y aplicar un nuevo esquema fiscal que redunde en la reducción de la desigualdad económica. Al tiempo.